Adrián Miramón se ha colgado la medalla de plata en el Mundial de Remo Beach Sprint que se ha venido celebrando desde el jueves en la ciudad italiana de Génova. Un metal que no era el esperado en el objetivo de conquistar la triple corona esta temporada (mundial, europeo y nacional), pero que sabe a oro dadas las dificultades que el malagueño se encontró en una competidísima final en la que rozó la épica contra el estadounidense Christopher Bak.
Se enfrentaban por el preciado título los dos remeros con mejor tiempo de los 46 participantes en el Time-Trial del viernes y, además, los dos últimos campeones del mundo en la categoría individual de Beach Sprint, modalidad que se estrenará como olímpica en los Juegos de Los Ángeles 2028: Miramón lo fue el año pasado en Barletta (Italia) y Bak en 2022 en Saundersfoot (Gran Bretaña). El lituano Zygimantas Galisankis completó el podio del CM1x con el bronce.
Miramón cuajó un excelente campeonato. En la crono para ajustar los cruces, que se tuvo que retrasar al viernes por las malas condiciones climatológicas que han acompañado estos días en la playa Bagni San Nazaro de Génova, Adrián marcó el segundo mejor tiempo pese a tener un mal día. Sólo Bak superó su registro. Eso le iba a dar al norteamericano una ventaja de diez minutos más de descanso antes de una hipotética final entre ambos, algo que a la postre ocurriría. Este detalle hay que tenerlo muy en cuenta dado que las eliminatorias desde los cuartos de final hasta la final se desarrollan de forma correlativa.
En octavos, el malagueño se deshizo del holandés Leonard Van Lierop, campeón olímpico hace un mes en París; en cuartos tras una gran remontada, del italiano Giovanni Ficarra –que además de remar en casa fue finalista en el pasado Mundial–; y en semifinales del alemán Franz Werner. Miramón llegaba a la ronda definitiva tras deshacerse de sus rivales con suficiencia y sin haber apretado a fondo. Tenía reservas energéticas para la Final A.
Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba. Es algo que forma parte del deporte, y más en uno tan sometido a componentes externos aleatorios como el Beach Sprint. Adrián Miramón perdió algunos segundos preciados tras la carrera de salida en la subida al bote debido a una ola que golpeó en la proa cuando iba a meter los pies en la pedalina. Aun así, la regata fue épica para el malagueño, que no bajó los brazos y logró remontar increíblemente al viraje (ecuador de la prueba) y llegar muy a la par al último tramo de carrera a pie.
Pero de nuevo tuvo un accidentado desembarque al caer del bote en la orilla y dilapidar las opciones de batir a Bak, que accionó la bocina en primera posición. Ambos se fundieron en un sentido abrazo en la línea de meta. Dieron un gran espectáculo, y Adrián fue un ejemplo de saber perder y de máxima competitividad pese a las adversidades que se encontró en el momento clave de la temporada tras una preparación concienzuda y metódica.
"Estoy muy feliz. Soy como el ave fénix, nunca muero. Todos piensan que muero, pero no. En los últimos metros no tuve más gasolina en el cuerpo, y Chris es un muy buen rival", manifestó el malagueño tras la carrera. Con esta medalla de plata, el remero nacido en Benalmádena y que pertenece al Club Raspas del Embarcadero, completa una brillante temporada a falta de las últimas regatas del año: oro en el Europeo de Gdansk (Polonia), oros en los nacionales de Beach Sprint y larga distancia de Santa Pola y Getxo, respectivamente; y la flamante medalla de plata en el Mundial de Génova (Italia).
Incluido en el Programa ‘Málaga Olímpica’ del Ayuntamiento de Málaga, Adrián Miramón forma parte del Programa ‘Mentor 10’ de la Junta de Andalucía y está patrocinado por el Puerto Deportivo de Benalmádena, por Kanghua y por la Fundación Rincón a través de Clínicas Rincón Dental.