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Tsitsipas remonta contra Rublev y se mete en la final del ATP 500 Astaná

Daniel Núñez
Tsitsipas, finalista en el torneo de Kazajistán
Tsitsipas, finalista en el torneo de KazajistánProfimedia
Andrey Rublev tuvo un gran inicio y logró apuntarse el primer set, pero los detalles marcaron la primera semifinal del Abierto de Astaná. Stefanos Tsitsipas se queda a un partido de llevarse el torneo, aunque no lo tendrá fácil este domingo.

Se antojaba igualadísimo el partido entre Rublev y Tsitsipas porque se medían el sexto y el noveno clasificado del ranking ATP. Con lo que había en juego, nada más y nada menos que la final del torneo de Astaná, no podía ser de otra forma. Ambos dejaron el listón muy alto pese a que era el otro duelo (Medvedev contra Djokovic el más llamativo en primera instancia).

El griego empezó mal porque perdió el servicio y se vio con un 2-0 en contra bastante pronto. Necesitaba devolverle la jugada a su rival, pero su juego no fue suficiente porque el ruso mostró una versión muy solvente en todo momento. De hecho, estuvo muy cerca, a una bola (ventaja a 40), de establecer lo que hubiese sido el 3-0. No fue así, pero tampoco lo necesitó más tarde porque lo certificó (6-4) en una primera manga muy marcada por ese fulgurante inicio.

El comienzo del segundo set fue diferente, sobre todo porque Tsitsipas sí arrancó con dominio en el marcador (0-1). Eso sí, le costó muchísimo establecer el 1-2; de hecho, su oponente tuvo bola para romper el servicio, lo que le hubiese dejado en una situación muy desfavorable. Todo parecía abocado hacia el tie break porque ninguno de los dos parecía que iba a fallar, pero con 4-5, cuando Rublev estaba obligado a sumar, llegó su peor momento y el 4-6 definitivo.

No cambió demasiado la tendencia general en el último, ya que se mantuvo ese intercambio de golpes constante, aunque es cierto que el quinto juego fue determinante. Con saque para Stefanos, el ruso pudo romper el break hasta en dos ocasiones, pero no lo consiguió cerrar (2-2), una situación que hubiese podido cambiar el devenir del choque. Y tanto que pudo alterarlo absolutamente todo, ya que en ese caso no hubiese llegado lo que vino después, cuando se pasó del 3-3 al 3-6 (pese a perdonar una bola de partido).

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