Swiatek, una seguidora de Nadal que persigue su estela en París

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Swiatek, la fan de Nadal que sigue su estela

Swiatek, en París
Swiatek, en ParísAFP
El pasado 27 de mayo, Iga Swiatek debutó en este Roland Garros, ganó fácilmente su partido, se duchó y se fue a las gradas de la pista central, esa vez como aficionada. ¿El motivo? Rafa Nadal, su ídolo, iba a jugar contra Alexander Zverev.

El tenista español, lejos de su mejor forma, perdió aquel partido en la Philippe Chatrier, junto a la cual tiene una estatua en su honor por su estratosférico récord de 14 títulos en la arcilla de París. Swiatek, tras su éxito de este sábado, acumula cuatro, pero sus 23 años hacen pensar en que la cuenta puede ampliarse en las próximas ediciones.

Como Nadal, Swiatek consiguió su primer Roland Garros cuando tenía 19 años, en la atípica edición de 2020 que fue desplazada al otoño parisino por la pandemia del covid-19.

No pudo revalidar su corona en 2021, pero luego ha encadenado tres títulos seguidos (2022, 2023, 2024) que le hacen tener una cadencia con únicamente un título de retraso respecto a los que llevaba el mallorquín cuando tenía su edad (23 años).

Las comparaciones son inevitables, aunque la mujer que los hinchas polacos apodan '1ga' haciendo un juego entre su nombre y su condición de número 1 mundial, todavía se siente abrumada con ellas.

"Nunca hubiera esperado que me compararan con Rafa porque para mí él está por encima de todo, es una leyenda absoluta", afirmó Swiatek el jueves, tras su victoria en semifinales ante Coco Gauff, la próxima número 2 mundial.

Otro curioso punto en común: si se escribe el apellido 'Swiatek' en un conocido traductor en internet, aparece que esa palabra significa en polaco 'Navidad', es decir, lo mismo que 'Nadal' en mallorquín, la variante del catalán que es la lengua del campeón español.

"Creo que es una bonita coincidencia", sonrió la tenista polaca cuando fue preguntada por ello tras ganar Roland Garros en 2022.

 Revelación en la pandemia 

Nacida hace 23 años en Varsovia, su camino hacia el tenis no estaba al principio nada claro.

Hija de un deportista olímpico polaco, Tomacz Swiatek, que participó en remo en Seúl-1988, primero se planteó otros deportes, entre ellos el fútbol, aunque pronto sus cualidades con la raqueta hicieron pensar que se estaba ante un diamante en bruto.

Avisó ya desde corta edad ganando en 2018 como júnior el torneo de dobles en Roland Garros y poco después el individual en Wimbledon.

Su primer Grand Slam en el circuito profesional fue en 2019, en Australia, donde llegó a segunda ronda, pero su auténtica revelación a los ojos del gran público se dio en Roland Garros, en la edición de 2020 que se desplazó al otoño parisino por la pandemia.

Allí la joven polaca de entonces 19 años llegaba como 54ª del ranking WTA y terminó siendo la campeona sin haber perdido un set. Se catapultó así al 'Top 20' y acaba de nacer un reinado en el tenis.

Entre sus ahora 22 títulos WTA, además de los cuatro Roland Garros, figura otro Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos de 2022.

 Apoyo a Ucrania 

¿Cómo pasar de ser una desconocida a una estrella? Para Swiatek, habitualmente callada y tímida, no fue siempre sencillo y recurrió a una psicóloga para gestionar su nueva realidad.

"Me hizo ser más inteligente. Gracias a ella, mi nivel de confianza es más alto", contó ella misma en 2020. "La fortaleza mental es especialmente importante. Al más alto nivel, todo el mundo puede llegar a jugar bien, pero los mejores son los que son más fuertes en su cabeza", sentenció.

Tuvo que recurrir a esa fortaleza para gestionar además lo ocurrido en una época reciente, cuando decidió adoptar una postura proactiva en su apoyo a Ucrania después del inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.

Uno de sus gestos en favor de Ucrania fue jugar durante meses con un lazo con los colores ucranianos, azul y amarillo.

"Hubo muchos comentarios sobre el lazo, hubo gente que me criticaba por ello. Hasta me decían que no era polaca", contó en una entrevista con Super Express Sport.

"Pero es importante seguir recordando lo que ocurre en Ucrania porque la memoria social a veces es corta", insistió.