En el primer set, Carlos puso el modo apisonadora. No dio ni un respiro al veterano francés, que estuvo casi un año y medio sin jugar (hasta enero de 2023) por culpa de las lesiones. El recital fue abrumador.
En sólo 22 minutos, le endosó un 6-0 a Chardy, con sólo 8 puntos perdidos en todo el set y un único error no forzado. Para un jugador de 36 años, que llegó a ser nº 25 del mundo, con su familia presente en la grada, en la ciudad en la que vive, debió suponer una losa anímica durísima. El murciano era un ciclón en la pista y el galo la viva imagen de la impotencia.
Al noveno juego de partido, Chardy resucitó. Puso el 2-1 en contra en el marcador y el público ovacionó la proeza. Fue su pequeño triunfo en medio de la tormenta. La sensación de superioridad de Alcaraz era abrumadora. Le entraban todos los golpes y el francés no encontraba ninguna respuesta ante un vendaval que arrasaba la pista.
Diez minutos más que en el primer set, 32, le bastaron al español para liquidar el segundo set por 6-2. Todos los presentes en la grada, bajo la cubierta de la pista 1 del All England Tennis Club, sabían que el partido no tenía mucha historia y se dedicaban, a falta de emoción, a disfrutar del sublime tenis de Carlos.
Justo en ese momento, sin aparente presión para ninguno de los dos, Chardy se motivó y Carlos se relajó. El viento cambió de lado y el veterano se puso con un 4-2 a su favor logrando su primer break en el sexto juego del tercer set. Era la hora de la siesta en España y Carlos lo notó. Cuando el francés llamó con fuerza a la puerta, el de El Palmar despertó del sueño y se puso en pie para rematar la faena.
Cuando Alcaraz pisa el acelerador es como el Red Bull de Verstappen, difícil de parar. Cerró el partido con un 7-5 final y pasa a segunda ronda con la moral reforzada y las aspiraciones intactas.