Paula Badosa (25) encuentra el ansiado premio: ganarle a una rival que ocupa un puesto superior en el ranking WTA, algo que no ocurría desde enero, cuando se impuso a Beatriz Haddad Maia en Adelaida 2. No había tenido demasiada fortuna en el sorteo porque le había tocado una top 10 en la primera ronda, pero es una evidencia que necesita ganar a estas jugadoras para volver a los puestos de antaño, a la zona privilegiada de una clasificación en la que tiene ahora 30 tenistas por delante.
Había ofrecido muy buenas sensaciones en Charleston, donde consiguió tres victorias (contra Mayar Sherif, Leylah Fernández y Diana Shnaider) antes de caer frente a Jessica Pegula, número tres del mundo, con tie break incluido. Ni mucho menos tuvo que acudir al desempate en su duelo ante Daria Kasatkina (25), ya que venció con un doble 6-1. Triunfo incontestable para avanzar a los octavos de final, donde ya esperaba desde hacía unas horas Cristina Bucsa, quien se impuso a la germana Tamara Korpatsch.
Badosa arrancó de la mejor forma posible, con una rotura de break a la que dio continuidad en los siguientes minutos para poner un contundente 0-4 a su favor. Prácticamente no hubo emoción en la manga inaugural, que apenas superó la media hora, todavía más corta que la segunda (40'), cuyo rumbo podría haber sido diferente si la neyorquina hubiera perdido el servicio en el primer juego, cuando la rusa tuvo una bola para apuntarse el 1-0 e iniciar la remontada.
Las tres dobles faltas que protagonizó Kasatkina contrastan con los tres aces que firmó su oponente. Probablemente no fue el factor más decisivo y ni mucho menos el único, pero refleja el buen hacer de Paula en una faceta del juego que suele tener un papel más que considerable. El segundo 6-1 de la tarde le permite superar la primera ronda y llegar a los octavos de final sin apenas desgaste e insuflada de confianza de cara a los siguientes compromisos.
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