Sinner gana el Abierto de Miami y es el nuevo número 2 del mundo (6-3, 6-1)
Sinner empezó un poco congestionado, concediendo con demasiados errores un punto de break a Dimitrov en el tercer juego, pero el búlgaro arriesgó y se fue dos veces fuera con su derecha. Luego, con un primero, Sinner hizo el 2-2. En el siguiente juego, Dimitrov cometió un error, pero Sinner se volvió más agresivo y se puso 15-40 y luego, con el búlgaro en la red, una derecha cruzada le dio el break: 3-2.
En el séptimo juego, Dimitrov volvió a sufrir. Aceptó el intercambio desde el fondo y fue una mala idea contra Sinner, que acelera y consigue otro punto de break yéndose 30-40. El búlgaro lo salva bien con un precioso smash largo de revés. Sinner consiguió otro con un passing, pero el búlgaro no cedió en esa ocasión, se apoyó en su primero y aguantó.
Dimitrov anuló el primero con un ace, pero Sinner conectó un maravilloso passing de revés en el segundo y cerró el set: 6-3.
En la segunda manga la música no cambió. Sinner martilleó, y la pelota pesó demasiado para Dimitrov que, pese a su gran técnica, no pudo aguantar el intercambio. El búlgaro es autor de puntos maravillosos y su revés cortado es de una belleza poco común por la sensibilidad de su mano, pero la solidez de Sinner resultó impresionante. Y cuando el del Tirol del Sur es capaz de profundizar, duele, como en el tercer juego, cuando se recuperó de un 40-15 al saque de Dimitrov y cierró el break con una bola muy profunda en la que el búlgaro no pudó hacer nada.
Fue el break que puso fin a las ambiciones de Dimitrov, que parecía frustrado por no poder poner en dificultades al italiano. Y así, el error en el sexto juego, que dió el segundo break y llevó al transalpino a servir para el partido, fue una consecuencia lógica. Luego fue un trámite para Sinner cerrar el segundo set por 6-1.
El del Tirol del Sur ganó así el segundo Masters 1000 de su carrera, el Abierto de Miami. Un trofeo que se le escapó en las finales de 2021 contra Hurkacz y de 2023 contra Medvedev.