Cristina Bucsa y Sara Sorribes, que vencieron de forma convincente en dieciseisavos y en octavos, afrontaban la cita de este jueves con algo de presión extra debido a la dolorosa derrota de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, que se ha repuesto del varapalo a las mil maravillas ante Tommy Paul. Lograr el billete para semifinales y quedar a un paso de la medalla era también el gran objetivo de las flamantes campeonas del Mutua Madrid Open.
Lyudmyla y Nadiia Kichenok, que hicieron daño en las subidas a la red al comienzo, perdieron el servicio en el juego inaugural, aunque sus rivales tampoco se mostraron demasiado finas y volvieron las tablas al marcador. La lógica ganó protagonismo por unos instantes y volvió a desvanecerse en cuestión de minutos, cuando las roturas de saque se sucedieron. En ese intercambio, la castellonense y la cántabra de origen moldavo aprovecharon sus oportunidad para establecer el 6-3.
La segunda manga arrancó con un parcial de 0-2 a favor de las ucranianas, que se repusieron con creces y ganaron terreno poco a poco. Reducir el número de errores no forzados (de 18 a 8) fue un elemento determinante en el devenir del set. Las hermanas Kichenok dieron un golpe de efecto al poner el 2-5 sin servicio a favor y concretaron las buenas sensaciones tras dar forma al 2-6. Todo o nada en el superdesempate.
Un gran resto de la dupla Lyudmila-Nadiia lo puso difícil al inicio del tramo decisivo, pero Bucsa le dio la vuelta al finalizar un punto que levantó al público, víctima de una calor incesante. Un parcial de seis puntos consecutivos por parte de las jugadoras de Dnipró parecía ser letal (del 3-1 a 3-7). Sin embargo, las incansables Bucsa y Sorribes, aupadas desde la grada, demostraron que seguían vivas gracias a un arreón espectacular que bien vale el billete a semifinales (12-10).