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Carlos Alcaraz o el arte de aprender a gestionar la condición de favorito

Pablo Gallego
Carlos Alcaraz se enfrenta este jueves a Alexander Zverev.
Carlos Alcaraz se enfrenta este jueves a Alexander Zverev.AFP
Desde su triunfo en Wimbledon, el español ha caído en todos los torneos que ha disputado (por falta de forma, exceso de presión, lesiones, etcétera). Sin embargo, el rumbo parece otro muy distinto en Indian Wells, donde las sensaciones están acompañando.

Hace poco menos de dos meses, Carlos Alcaraz cayó ante Alexander Zverev en los cuartos del Abierto de Australia (6-1, 6-3, 6-7/2-7 y 6-4). En Melbourne, la tarde del 24 de enero, fue como un déjà vu: después de dominar a sus adversarios de principio a fin para llegar a esta fase del torneo, las elevadas expectativas hicieron mella en su tenis. Es como si, cuando se espera que gane un Grand Slam, perdiera los nervios, desarrollando un juego que es cualquier cosa menos suyo. Como en la semifinal de Roland Garros, unos meses antes contra Novak Djokovic, cita en la cual sufrió calambres por estrés.

Aquella tarde en Melbourne, de hecho, falló todo lo que se propuso en los dos primeros sets. En algunos puntos, hay quienes vieron ante sí una repetición de la decepción del 9 de junio de 2023. La oleada de orgullo del tercero, en cambio, no fue más que un espejismo. El alemán dominaba demasiado y había preparado su parcial a la perfección. Un gran saque, un peloteo corto, un saque rápido: tenía que apagar a su rival lo antes posible, y eso es lo que hizo.

Presión, presión, presión...

¿Es mejor cuando no se le espera? La pregunta merece la pena. En el US Open de 2022, el murciano arrasó no sólo por su talento, sino porque nadie esperaba que se coronara campeón. Por aquel entonces era una de las grandes esperanzas del tenis mundial, pero eliminar a Sinner, Cilic y Tiafoe, antes de vencer a Ruud en la final, no parecía sencillo de imaginar. 

En Wimbledon, el verano pasado, el contexto era diferente: ya se había convertido en un nombre conocido en el circuito ATP, pero su partido contra Djokovic en la Porte d'Auteuil dejó algunas dudas sobre su capacidad para vencer al serbio en tres sets. Contra todo pronóstico, en cambo, firmó una actuación histórica y se adjudicó el segundo grande de su carrera

¿Y si el joven de 20 años, pese a que su palmarés tiene ya cierta forma, no puede soportar la presión de ser el principal cabeza de serie en un gran torneo? Al mismo tiempo, a esa edad, ¿quién en la historia del tenis ha sido lo bastante fuerte para soportar semejante presión, aparte de Rafa Nadal? Recién entrado en la veintena, Nole ganó su primer torneo en Melbourne, antes de esperar a los 23 años para sumar otro. Y Roger Federer se estrenó a los 21.

En definitiva, el crecimiento de Alcaraz parece totalmente lógico si se tiene en cuenta que es uno de los jugadores a tener más en cuenta de cara al futuro. Él mismo debe ser consciente de que aún le queda un último obstáculo para llegar a lo más alto: el de asumir la condición de favorito el día D en un torneo de Grand Slam y en un Masters 1000. Este hito debería permitirle dejar de temblar cuando está cerca de la meta, cuando todos esperan que alcance el título. Así pues, es en el aspecto mental donde deberá centrar sus esfuerzos en los próximos meses, y eso ya ha comenzado en Indian Wells.

Un sinfín de alicientes

Está claro que se juega mucho en California. Además de defender su título, el número dos del mundo está obligado a llegar a la final si quiere conservar su puesto en la clasificación de la ATP. Tendrá que derrotar a Zverev en la revancha del Abierto de Australia, antes de (previsiblemente) enfrentarse en semis a Jannik Sinner, el hombre de principios de temporada. Dos grandes pruebas en su afán por alcanzar ese famoso nuevo nivel, que le haría mucho más fuerte.

Así le va en el ranking de la ATP.
Así le va en el ranking de la ATP.Flashscore

Cualquier duda sobre su lesión de tobillo ha quedado despejada desde la exhibición organizada por Netflix contra Nadal. Y hasta ahora ha jugado un tenis muy bueno, pero no contra los grandes. Pase lo que pase, el objetivo es revalidar el oro, antes de poner la mira en el Sunshine Double y en Miami, una hazaña que sólo unos pocos jugadores pueden presumir de haber logrado: Courier, Chang, Sampras, Ríos, Agassi, Federer y Djokovic.