Djokovic, que persigue su cuarto título en Roland Garros y su 25º Grand Slam, superó a su rival, 142º del ránking, por 6-4, 7-6 (7/3) y 6-4.

Sin embargo, sin un título o incluso un lugar en una final esta temporada por primera vez desde 2018, Djokovic no se estaba adelantando demasiado.

"En Montecarlo (derrotado en semifinales), Roma (perdido en 3ª ronda) y Ginebra (derrotado en semifinales), empecé muy bien el torneo. Mis primeros partidos fueron estupendos", afirmó.

"Pero el segundo o el tercero, fue otra cosa... Así que no quiero emocionarme demasiado".

El tenista de 37 años, que vio cómo su rival de toda la carrera y 14 veces campeón del Abierto de Francia , Rafael Nadal, abandonaba el torneo el lunes, llegó a París bajo una nube.

Sus mejores actuaciones fueron las semifinales del Abierto de Australia, donde perdió el título ante Jannik Sinner, Montecarlo y Ginebra.

Para colmo de males, se golpeó accidentalmente en la cabeza con una botella de agua metálica en Roma y sufrió problemas estomacales en la prueba de Suiza la semana pasada.

"Esta noche he tenido una buena actuación", añadió Djokovic tras su 93ª victoria en Roland Garros.

"Ha sido sólido. Podría haberlo hecho mejor en los juegos de devolución, pero enhorabuena a él por servir muy bien".

"Me he sentido mejor que en las semanas anteriores. Voy en la buena dirección. Pero es sólo el principio. Es sólo un partido. Tenemos que ver cómo progresaré en el torneo, cómo evolucionarán mis sensaciones".

Djokovic, que ha pasado a cuartos de final del Abierto de Francia o más todos los años desde 2010, se enfrentará al español Roberto Carballes Baena por un puesto en octavos de final.

"Estoy contento con mi estado de ánimo en la pista, es algo que estaba buscando", añadió Djokovic.

"¿Y dónde vas a sentir eso si no es en los Grand Slams? Lo vengo diciendo en los últimos años, los torneos de Grand Slam son los que me hacen levantarme cada mañana e ir a entrenar. Espero llegar lejos una vez más".