Sergio Busquets, el soldado caído de los cinco mundiales que dejó la selección española
Recuperador. Pivote. Generador de juego. Definir a Sergio Busquets (34) en una sola posición es una tarea compleja. Él, junto con Xavi Hernández, es de los pocos centrocampistas defensivos que presentan en sus pies la habilidad de entregar la pelota con precisión.
Busquets participó en partidos que marcaron la Historia del fútbol español. La semifinal de Sudáfrica 2010 fue uno de ellos. El catalán tenía una tarea: marcar a Mesut Ozil, una de las revelaciones de la Copa del Mundo. El español cumplió. Como dijo Pepe Reina en el Informe Robinson: Busi, te comiste a Ozil.
La inteligencia es su principal virtud.
Cuando debe cortar el balón, recupera.
Si el equipo necesita circular la pelota, distribuye.
En caso de una superioridad numérica, puede hacer de tercer central.
Es polivalente. Es un hombre que se formó en La Masía. Es el capitán blaugrana.
Busquets, pese a exponer toda serie de virtudes, tomó una decisión con el Mundial de Catar concluido: su ciclo en la selección española terminó. El centrocampista finiquitó una exitosa década al frente del pivote de La Roja.
La etapa del jugador blaugrana con España deja un final dramático. La selección cayó en los octavos contra Marruecos. Consumada la derrota, la Federación anunció el adiós de Luis Enrique y la posterior llegada de Luis de la Fuente. El olor a cambio era inminente y Busquets, acostumbrado a evitar las discusiones y las polémicas, sintió que era el momento adecuado para tomar una medida dolorosa.
Quizás el cierre internacional de Busquets es apático. Sin embargo, negar la importancia del deportista en la década de oro del fútbol español es una contradicción.
Sergio Busquets debutó con la selección española el 1 de abril de 2009 contra Turquía en un partido de las eliminatorias.
Desde ese entonces, jugó 143 partidos con el combinado nacional. Obtuvo una estadística de 97 victorias, 23 empates y 23 derrotas. Es el tercer deportista que más encuentros disputó con La Roja. Solo Sergio Ramos (180) e Iker Casillas (167) difuminan su marca.
El centrocampista marcó dos goles y entregó nueve asistencias en sus más de diez años de trayectoria.
Ganó dos Eurocopas y un Mundial.
Integró un tridente mítico con Xavi e Iniesta. Le permitió a Vicente Del Bosque encontrar alternativas. Se transformó en referente. Aguantó el paso de los mundiales y, después de su quinta participación en una Copa del Mundo, optó por frenar el proceso.
Gracias por tanto Busi. La Roja te echará de menos.