Aún es muy pronto para las celebraciones. Festejar antes de tiempo es uno de los grandes errores de la vida. El Barça ha ganado la Supercopa de España. Es contundente. Sin embargo, la buena racha del cuadro culé (suma una sola derrota liguera en la 2022-2023) es notable.
Xavi, el entrenador de emergencia, terminó por transformarse en el líder de un Barcelona renovado. Los miedos parecen quedarse en el pasado. La memoria de los jugadores recupera el fervor que despierta el hecho de levantar títulos. El club sufre pero es puntero de LaLiga. Está en semifinales de la Copa del Rey. Es el supercampeón de España. Sigue con vida en la Europa League.
El fútbol le brinda al Barça una sonrisa después de más de un año de proceso con Xavi. La etapa post-Messi está llegando a su fin. Con el cierre, la anhelada nueva era culé toca las puertas de un Camp Nou urgido de gloria.
El Barcelona recibió con alegría una excelente noticia para iniciar la semana: el empate a cero del Real Madrid frente a la Real Sociedad le convierte en un sólido puntero.
Normalmente, el equipo que culmina la primera etapa de LaLiga como puntero es quien celebra el alirón en el cierre de la temporada. El Barça, aunque ha dejado escapar algunas ligas, es hábil a la hora de defender lideratos. Más aún cuando han pasado más de dos años desde la última edición liguera celebrada en la Ciudad Condal.
El sol de Barcelona brilla en medio de un durísimo invierno español. El Madrid extendió a cinco puntos su diferencia con el once de Xavi. El factor de ganar el Clásico pendiente no modificará el curso de LaLiga.
El Barça depende de sí mismo. También depende en gran cuantía del nivel de Pedri (19) o de Robert Lewandowski (34). Pero la realidad es una: el Barcelona es el campeón de invierno. LaLiga está cerca. El Madrid se queda sin piernas. La afición empieza a disfrutar de una película que, al parecer, dejará un cierre favorable para millones de culés.