Oda al fútbol en Anoeta y regreso de Mikel Oyarzabal por fin de año (2-0)
Real Sociedad y Osasuna salieron con las cartas puestas sobre la mesa. A estas alturas del campeonato y sobre todo de la vida, tanto Imanol Alguacil como Jagoba Arrasate tienen poco margen para las sorpresas cuando se reencuentran. Se conocen desde hace muchos años, se aprecian y se han enfrentado en bastantes ocasiones, de ahí que los secretos casi no existan. Tampoco dudan para elogiarse mutuamente en público, pero durante 90 minutos dejaron de ser amigos.
Los locales, ante un Reale Arena que presentó una entrada muy buena, salieron con ganas de dominar a través de la posesión y de esos jugadores talentosos que nunca faltan entre los blanquiazules. Cuando Takefusa Kubo, David Silva y Brais Méndez se juntan siempre pasan muchas cosas, todas agradables de ver para el aficionado neutral, aunque ni siquiera tienen por qué intervenir los tres. Y todo esto sostenido por el buen criterio de Martín Zubimendi, llamado a hacer carrera en la Roja.
Brais, la verdadera ausencia en Catar
Jon Moncayola dio el primer aviso con un golpeo al poste que no valía por fuera de juego, una situación que se repitió poco después en el área contraria. Los rojillos se vieron relegados a correr tras el balón, un desgaste físico y psicológico con indudables consecuencias, sobre todo ante un equipo tan dinámico e incisivo. Precisamente en una de esas acciones combinativas, el japonés encontró a Brais, cuyo recorte convirtió a Juan Cruz en una mopa. Su remate se topó con el palo largo, que escupió el esférico hacia dentro.
El gol no cambió prácticamente nada a corto plazo, es más, reafirmó las ideas del cuadro de Alguacil, que de igual forma suele mantener su estilo de juego en cualquier contexto. La magia de Silva, con trucos que vieron la luz mediante taconazos, aportó clarividencia y mucha luz. No estaba el cielo encapotado, pero sus toques hubiesen esfumado cualquier atisbo de nube. Así permitió que Momo Cho disparara en una situación favorable, aunque no encontró portería, y posibilitó después, recién pasada la hora, el 2-0.
Con Oyarzabal y sin Torres
Osasuna estaba sufriendo mucho después del descanso y el técnico visitante decidió dar entrada a Kike García para quitar a Aimar Oroz. Lejos de conseguir ofrecer soluciones a su equipo, la Real Sociedad siguió abrazando el balón (en campo rival) y generando ocasiones de peligro. Estaban Rubén García y Ante Budimir preparados para salir cuando el autor del primer tanto recibió tras una delicia del ex jugador del Manchester City y le puso todo de cara a Alexander Sorloth, capaz de marcar con una vaselina sublime.
El tanque noruego puede tener carencias, pero la falta de calidad no es una de ellas. Poco después de sacarle la amarilla a Unai García (causará baja para el siguiente compromiso, igual que Brais Méndez en el bando contrario), recibió el balón dentro del área y encaró a Aitor Fernández con firmeza y sin nervio alguno. Con mucha tranquilidad firmó su octava diana del curso en partido oficial, aunque pudo hacer un doblete tras un jugadón de Robert Navarro, que le regaló lo que parecía el 3-0.
Aunque Arrasate rompió la defensa de cinco jugadores, un dibujo sin éxito en este 31 de diciembre, el resultado se mantuvo (2-0) y los navarros tampoco incomodaron a Álex Remiro. El bueno de Mikel Oyarzabal, ovacionadísimo por los más de 30.000 asistenses, disfrutó de unos minutos para cerrar el 2022 con una sonrisa, no así Roberto Torres, quien se quedó en el banquillo pese a que este era su último encuentro tras 18 años en el club, los mismos que lleva Osasuna sin ganar en Anoeta.
Jugador Flashscore del partido: Brais Méndez.
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