Puede que la clave del partido ante Auger-Aliassime estuviese en el primer juego. Nadal disfrutó de dos bolas para romper el servicio del canadiense, pero este se las arregló para salvarlas y llevarse el primer juego. Empezar de otra manera hubiera sido muy malo para el pupilo de su tío.
Tuvo otras dos pelotas de ruptura con 3-3 en el marcador. Hubiera significado, de haberlas aprovechado, ponerse 4-3 y saque. Pero de nuevo Aliassime salvó los muebles.
Pareció no importarle a Nadal porque tenía su servicio sentenciado con 40-0, pero comenzó a fallar y permitió crecerse al de Montreal, que sí aprovechó una bola de break para ponerse 3-5 y su servicio. Lo ganó y se llevó el primer set.
Como en el anterior encuentro en Turín, el tenista español, número 2 del mundo, pareció quedarse sin fuerzas. Los efectos de la falta de ritmo hicieron mella en sus golpes. Mantuvo su saque en el inicio del segundo set, pero ya no pudo hacerlo en el siguiente.
A partir de ahí, no le hizo falta nada más a Auger-Aliassime que mantener la regularidad de la que había hecho gala durante todo el encuentro ante la atenta mirada de su entrenador, un Toni Nadal impertérrito a la hora de celebrar punto alguno. Una estatua se habría movido más.
Con 6-4 cerró el americano el partido y deja a Nadal a expensas de una derrota de Ruud. Si llega por dos sets a cero, habría triple empate y habría que esperar a la tercera jornada para ver si se llega a un triple empate.
Si eso sucediera, sería necesario desempatar contando los juegos ganados por cada contrincante. Pero si el noruego, aun perdiendo, es capaz de llevarse una manga, entonces Nadal estaría eliminado sin jugar ese tercer partido.
Los detalles y números del partido, en Flashscore.es