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Los aficionados marroquíes agitan el Mundialito y le dan color a las gradas

AFP
El Real Madrid intentará imponer su calidad
El Real Madrid intentará imponer su calidadFADEL SENNA / AFP
En Casablanca, el estadio Mohammed V tiembla con los cánticos de los aficionados del Wydad cuando se despliega un gigantesco tifo al inicio de los partidos, un espectáculo en las gradas que se desplaza a Tánger y Rabat durante el campeonato.

Los 10.000 'Winners' -ultras del Wydad Casablanca- de la Curva Norte ofrecen un espectáculo impresionante, a la altura de la reputación de los hinchas marroquíes, capaces de robar el protagonismo a los jugadores en el césped

Escrito en el tifo, 'Free Souls', almas libres, el lema del grupo.

Último vencedor continental en África, el WAC -como se conoce al Wydad- tiene como ambición dar la gran sorpresa y lograr un Mundial de Clubes que a lo largo de su historia solo han conseguido equipos europeos y sudamericanos.

Su campaña empieza el sábado en el partido contra el Al Hilal saudita, en busca de una plaza en semifinales contra Flamengo, el martes en Tánger.

"No sabría describir mi amor por el público del Wydad, es algo muy especial", señala a la AFP Houssam Ait Wahman, antes de un duelo contra el equipo de Fes.

"Ninguna afición del mundo puede rivalizar con nosotros", se entusiasma este aficionado de 18 años, acompañado de su madre y de sus dos hermanas pequeñas.

Como si fueran un director de orquesta, los 'Winners' -clasificado como el mejor grupo ultra en 2022 por Ultras World, referencia en las redes sociales-

Cantan, lanzan bengalas o mueven las luces de sus teléfonos móviles en una entrenada coreografía.

"Apoyar al Wydad es una pasión, un compromiso que va más allá del fútbol. Damos lo mejor de nosotros mismos defendiendo valores como el respeto a la familia y la solidaridad", explica Mohamed, un antiguo 'Winner' que prefiere no dar su apellido.

Crear espectáculo

Los ultras del gran rival, el ilustre Raja de Casablanca, también son conocidos por sus espectaculares escenografías en las gradas.

"Crear espectáculo es la marca de fábrica de los ultras. Una manera para ellos de expresarse, de hacerse valer y ver", subraya el sociólogo marroquí Abderrahim Bourkia, autor de un ensayo de referencia, 'Los ultras en la ciudad'.

Los grupos del Raja, 'Green Boys' y 'Ultra Eagles', ponen por delante referencias comprometidas y virales en las redes sociales.

Es el caso de 'F bladi delmouni' (Oprimido en mi país), un cántico que denuncia las desigualdades y la injusticia en el reino.

Imagen del Batouta Stadium
Imagen del Batouta StadiumFADEL SENNA / AFP

En Argelia, los manifestantes del movimiento de protesta popular de Hirak lo cantaban en 2019 y 2020. El himno también fue adoptado por los palestinos.

"El modelo del Raja tiende hacia una cultura militante, dando voz a los sin voz, contra la opresión y denunciando la corrupción", señaló un antiguo ultra del Raja.

Otras letras comprometidas son cantadas por los aficionados del Wydad o del Ittihad Tanger, con los estadios convirtiéndose en "espacios de expresión", explica Bourkia.

Experiencia única

En este país fanático del balón, que vive un momento de euforia colectiva después de que la selección finalizara cuarta en el Mundial, la mejor clasificación histórica de un país africano, la creatividad de los aficionados no tiene límite.

Si los 'Winners' prefieren jugar la carta estética, con referencias a la cultura -Juego de Tronos o el manga Death Note-, los 'Green Boys' y los 'Ultra Eagles' revindican referencias culturales inesperadas en un estadio.

En lo derbis contra el Wydad los tifos del Raja se inspiran en el maestro del teatro del absurdo Eugene Ionesco o de '1984', la distopía antitotalitaria de George Orwell, con el riesgo de provocar las críticas de medios conservadores o de ver prohibidos los tifos.

"Formar parte de los ultras es una experiencia única. Estar en un lugar de intercambio, sentirse escuchado, forja una personalidad", señala el antiguo ultra del Raja.

La parte negativa es que los estadios marroquíes son a menudo testigos de actos de vandalismo, principalmente peleas entre grupos opuestos de hinchas.

Tras la muerte de dos fans a principios de 2016, las autoridades prohibieron los grupos ultras en los estadios durante dos años.

"Desafortunadamente es un problema ligado a la sociedad. Hay un efecto multitud, con solo una persona que haga una tontería, todo se desencadena", señala Mohammed.

"Algunos liberan su frustración con cánticos y otros con violencia", constata el sociólogo Abderrahim Bourkia, para el que la solución es "invertir en la educación de los jóvenes".