La tragedia de Múnich, un acontecimiento que marcó la vida de Charlton

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La catástrofe de Múnich, el punto de inflexión en la vida de Bobby Charlton

Adiós a Bobby Charlton.
Adiós a Bobby Charlton.PAUL ELLIS / AFP
El legendario futbolista, que sobrevivió al accidente aéreo que le costó la vida a ocho compañeros de equipo, falleció este sábado a los 86 años.

"No pasa un día sin que me acuerde de lo que pasó y de la gente que falleció". Durante una ceremonia en Múnich en el contexto de la final de Liga de Campeones de 1998, el centrocampista ofensivo inglés, recordó hasta qué punto el dolor seguía vivo cuarenta años después.

"A veces, pienso en ello de manera casual, como una pincelada en mitad de un humor hasta entonces feliz. A veces eso me hunde en un sentimiento terrible de arrepentimiento y tristeza y de culpabilidad, al hacerme la idea de que yo sobreviví", explicó en su autobiografía publicada en 2007.

Tommy Taylor, Mark Jones, Eddie Colman, David Pegg, Liam Whelan, Geoff Bent, Roger Byrne y Duncan Edwards: ellos fueron los ocho jugadores fallecidos.

'Busby Babes'

Apodados con esa denominación, encarnaban una joven generación dorada, entrenada por el emblemático Matt Busby.

"En aquel momento, el Manchester United iba a convertirse en uno de los más grandes equipos de Europa. El accidente lo cambió todo", según Bobby Charlton.

El 6 de febrero de 1958, los Red Devils despegaron de Belgrado, donde acababan de enfrentarse al Estrella Roja y de obtener el billete a las semifinales de la Copa de Europa.

Su avión hizo escala en Múnich para repostar, pero la nieve complicó la operación. Después de dos intentos para despegar, sin éxito, el aparato rodó sobre la pista sin lograr todavía despegar e impactó contra una casa y un almacén de combustible que se inflamó.

Charlton, una leyenda en el United.
Charlton, una leyenda en el United.MUFC FOUNDATION / AFP

A Charlton, de 20 años, le salvó su compañero Harry Gregg y sobrevivió con ligeras quemaduras. Busby, más gravemente herido, también esquivó la muerte, pero ocho jugadores, tres miembros de la directiva, el copiloto, periodistas y otros pasajeros no tuvieron la misma suerte. En total fallecieron 23 de los 44 ocupantes del avión.

Entre los ocho compañers figura Duncan Edwards, de 21 años, "el mejor jugador" que Charlton ha visto jamás. Muere a causa de sus heridas 15 días después del accidente.

"Sentado en el buen sitio"

"Tuve la suerte de estar sentado en el buen sitio", contó Charlton a la BBC en 2008. "Los médicos vinieron a ponerme una inyección. No me desperté hasta la mañana del día siguiente. Es entonces que descubro la magnitud de la tragedia. Había un tipo alemán que tenía una lista de todos los jugadores y la leyó. Si estaban vivos decía 'Sí' y si estaban muertos decía 'no'", dijo.

"Me preguntaba qué iba a pasar, cómo íbamos a poder superar eso, pero debíamos hacerlo", agregó.

El 5 de marzo regresó a los terrenos de juego para afrontar unos cuartos de final de la Copa de Inglaterra. Marcó tres veces en la semifinal, pero el United perdió el duelo decisivo. Huérfano de parte de sus 'Babes', el equipo sólo ganó uno de sus 14 partidos de campeonato después del drama de Múnich y cayó en las semifinales de la Copa de Europa ante el AC Milan.

"De repente, todos mis amigos habían desaparecido", explicaba en 2001 en la webserie History of Football. "Jugaba en un equipo que tenía al mundo entero a sus pies. Y de repente, tienes que volver luchando para sobrevivir. Fue un período muy traumatizante para el club", apuntó entonces.

Una carrera muy exitosa

"Estaba en una posición de responsabilidad que debía asumir. Eso cambió toda mi actitud. Pasé a formar parte del primer equipo y de la selección posiblemente antes de lo que lo habría hecho sin el accidente de avión", indicó.

Charlton debutó con los Three Lions contra Escocia, en Glasgow el 19 de abril de 1958, y marcó el primero de sus 49 goles como internacional. "Tenía la intención de jugar un día para Inglaterra junto a Duncan Edwards, Tommy Taylor y Roger Byrne. Lamentablemente, eso no pudo ser", explicó.

Por ello, cada partido jugado, era para ellos.

En 1966, se proclamó campeón del mundo con Inglaterra y ganó el Balón de Oro. En 1965 y 1967, triunfó de nuevo con la entidad de Old Trafford, de nuevo dominante gracias a la llegada de George Best y Dennis Law. En 1968, diez años después de Múnich, ganó la máxima competición continental ante el Benfica en una cita en la cual firmó un doblete (4-1 tras prórroga).