Marruecos, España y Portugal han sido designados anfitriones del torneo de 2030, mientras que Uruguay, Argentina y Paraguay acogerán también los partidos inaugurales con motivo del centenario del torneo, según anunció la FIFA por sorpresa el miércoles.
La decisión fue criticada por Sepp Blatter, que fue presidente de la FIFA de 1998 a 2015 antes de ser destituido tras una investigación por corrupción. "Es absurdo destrozar el torneo de esta manera", dijo Blatter al diario suizo SonntagsBlick.
"La fase final de la Copa del Mundo debe ser un evento compacto", dijo, añadiendo que esto era importante para la identidad del evento, para la organización y para los visitantes.
Blatter, en su día una de las figuras más poderosas del fútbol, había criticado anteriormente a la FIFA por conceder el Mundial de 2022 a Catar, alegando que el país de Oriente Próximo era demasiado pequeño. Blatter dijo que el torneo de 2030 debería celebrarse en Sudamérica para conmemorar el centenario de la primera edición, que organizó y ganó Uruguay.
"Por razones históricas, el Mundial de 2030 debería haberse celebrado exclusivamente en Sudamérica", declaró al diario.