Zinedine Zidane es uno de los selectos que ha conocido la gloria en Chamartín. Amado y respetado, tanto por el vestuario, la afición y la directiva, el francés llegó al Santiago Bernabéu hace 22 años, cuando el Real Madrid concretó un millonario acuerdo con la Juventus de Turín. El fichaje, acorde a portales especializados en mercado, 12.000 millones de pesetas (72 millones de euros).

Considerado por muchos como el fichaje del siglo, Zidane aterrizó en La Castellana como un referente de la plantilla. El centrocampista, asimismo, era un fichaje especial para la directiva: Florentino Pérez había prometido su contratación y la de Luis Figo si era elegido presidente en el 2000. 

Zidane fue fichado un día importante para la historia: el 4 de julio. Su presentación, sin embargo, se retrasó cuatro jornadas por culpa de la documentación. Fue presentado a las gradas del Bernabéu el 9. En pleno verano madrileño. El galo quería ser jugador merengue desde que la Juventus  perdió la final de la Champions contra el Real Madrid. Ese día, quedó asombrado por la pasión y el poder que transmite la camiseta blanca. 

Recibió la noticia de su fichaje en Bora Bora, acompañado de su esposa e hijos. Cuando retomó labores tras el descanso, no tardó en hacer historia: de sus pies salió la volea que le brindó al Real Madrid una sufrida Champions ante el Leverkusen.

Además, con su excelente capacidad para manejar los hilos del partido, orquestó un juego exquisito, que causó envidia en el mundo del fútbol. Estuvo en noches históricas, como el mítico partidazo en Old Trafford contra el United de Ferguson. Ganó Ligas. Copas intercontinentales (actual mundial de clubes) y, tiempo después, se retiró en el Santiago Bernabéu, intercambiando la camiseta con Juan Román Riquelme, un enganche incomprendido que, para algunos expertos, es recalcado como el “último 10 de la selección argentina”.