Las múltiples muestras de apoyo a Jenni Hermoso no entienden de fronteras
Jenni Hermoso (33) es la gran protagonista de la semana, y no porque marcase tres goles en la final contra Inglaterra, sino por recibir un beso no consentido de Luis Rubiales (46), todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Este último, que repitió en cinco ocasiones su negativa a dimitir, trató de explicar lo ocurrido -dando una versión hasta ahora desconocida- en la Asamblea General Extraordinaria. Buena parte de la opinión pública no ha comprado su discurso, que ha provocado, entre otras cosas, la renuncia de todas las campeonas del mundo (y más jugaodras) a ser llamadas por la selección.
Una de las primeras fue Megan Rapinoe, quien acostumbra a intervenir en situaciones de este tipo y habló sin tapujos de agresión física y "un profundo nivel de misoginia y sexismo". Alex Morgan, su compañera de selección y una de las más populares del mundo, reconoció sentir "asco" por las acciones llevadas a cabo por el grancanario. También se vio resignada por el hecho de que "los ataques" y "los fracasos" de la RFEF tengan más impacto que la conquista del Mundial.
Son infinitas las muestras de cariño que ha recibido la futbolista del Pachuca, entre ellas la del propio club mexicano, cuyas futbolistas posaron este viernes, junto a las de Juárez, con una pancarta ("Estamos contigo, Jenni"). Tigres, por su parte, dedicó una camiseta a la madrileña pese a la rivalidad, que ha quedado en un plano residual, y la plantilla de Rayadas de Monterrey (titulares y suplentes) se presentó ante los fotógrafos con una mano en la boca.
Entre otros posicionamientos claros, el de las integrantes del San Diego Wave, que se pusieron una venda en la muñeca con el mismo mensaje del párrafo anterior antes de caer derrotadas frente al Orlando Pride, donde compite la legendaria Marta Vieira; o el del combinado inglés mediante un rotundo comunicado. "Organización patriarcal y sexista", "abuso es abuso" o "el comportamiento de quienes se creen invencibles no debe tolerarse" son algunas de las declaraciones más contundentes.