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Para Mbappé, París y Les Bleus: dos salas, dos ambientes

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Kylian Mbappé durante el partido contra el Stade Rennais.
Kylian Mbappé durante el partido contra el Stade Rennais. AFP
Kylian Mbappé (24) se reincorporó a la vida cotidiana con su club a mediados de semana tras unos días de descanso internacional con la selección francesa. El PSG, que juega este sábado contra el Estrasburgo en el Parque de los Príncipes, espera que su jugador encuentre el camino del gol tras cuatro partidos sin marcar.

Entre su fallo en el Roazhon Park y su gol en el Johan Cruyff Arena sólo median cinco días. A pesar de sus más que decentes estadísticas con el club de la capital (ocho goles en nueve partidos), Kylian Mbappé no parece ser el mismo cuando viste la camiseta de Francia con el brazalete. Es como si el ajetreo diario con el PSG afectara a su estado de ánimo e, indirectamente, a su forma y a su rendimiento. Y cuando se bajó del coche en su primer día en Clairefontaine, volvió a ser el de antes.

Kylian Mbappé a su llegada a Clairefontaine
Kylian Mbappé a su llegada a ClairefontaineAFP

El capitán de Francia, que marcó dos goles contra Holanda y uno contra Escocia, volvió a ser decisivo para su equipo. Sus goles ayudaron a Les Bleus a clasificarse para la Eurocopa 2024, que se disputará en Alemania a partir del 14 de junio. Bajo la batuta de Didier Deschamps, el francés parece jugar liberado, una situación contraria en el París Saint-Germain. Aparte de la disputa entre él y su club durante el verano, que sin duda tuvo un impacto emocional y físico en el jugador, el juego de Kylian Mbappé se adapta mejor a los Tricolores.

¿Por qué? Porque el delantero francés es un jugador que necesita que le lancen al espacio para brillar y que muestra todas sus cualidades cuando el juego de su equipo se basa en transiciones rápidas. Con los Bleus, Mbappé, situado en su banda preferida, ha redescubierto estas cualidades. El jugador, por su parte, vuelve a sonreír. Sin embargo, las cosas son muy diferentes en París.

Mbappé y Deschamps tras la victoria ante Holanda
Mbappé y Deschamps tras la victoria ante HolandaAFP

Con la llegada de Luis Enrique, a Mbappé se le pide a menudo que juegue de espaldas a la portería, aunque reciba el balón a los pies, y no desde la profundidad. El español quiere hacer del juego posicional el principal punto fuerte del PSG. Pero con un jugador como el ex del Mónaco como figura, por el que deben pasar todos los balones, ¿es realmente factible? A sus 24 años, que pronto serán 25, el fútbol de Bondynois no cambiará. Los entrenadores que lo tengan a sus órdenes deberán aceptarlo tal y como es. Y está claro que pedirle a Kylian Mbappé que juegue como Lionel Messi y Neymar a nivel creativo tiene muy poco sentido.

Si nos fijamos en los goles que ha marcado con su club, la mayoría de ellos han llegado en fases de transición. Cuando el París tiene la posesión y mantiene el balón durante varios minutos, es cuando el jugador es menos eficaz. El bloque rival es demasiado bajo y Mbappé no puede encontrarse en profundidad, donde puede aniquilar a su contrario con una aceleración. Por eso intenta lo imposible a rachas, lanzándose en una serie de regates por su banda para eliminar a su adversario. Pero, salvo contra el Toulouse, esto ha sucedido muy pocas veces esta temporada.

Esto se explica simplemente por lo dicho anteriormente: el francés no tiene el perfil para jugar al fútbol de posesión. Así que le tocará al técnico español encontrar la manera de combinar sus ideas con las cualidades de su delantero. No es una apuesta tan sencilla. Sobre todo porque su futuro sigue en el limbo y eso sin duda repercutirá en su estado de ánimo.

Puede que sea anecdótico, pero probablemente signifique mucho. Hay dos mundos entre su entrevista en el descanso del Rennes-París, en la que parecía irritado -incluso molesto- cuando su equipo ganaba tranquilamente 0-2, y su celebración del lunes durante el entrenamiento en el Pierre Mauroy, tras marcar con una magnífica tijera. El jugador es todo sonrisas con la selección francesa, mientras que con su club se muestra más serio que nunca. Dos sedes, dos ambientes...

El sábado, contra el Estrasburgo, el PSG tiene la oportunidad de sumar su segunda victoria consecutiva en la Ligue 1 y colocarse líder provisional antes de los partidos contra el Mónaco, el Niza y el Brest. Para Mbappé será la ocasión de volver a ver puerta tras cuatro partidos sin marcar.