Dragão supera la prueba de fuego: el Oporto se impone al SC Braga
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Más que palabras, acciones. Vítor Bruno había quedado satisfecho con la actuación de su equipo en el choque europeo contra el Manchester United (3-3) y decidió repetir el XI para el exigente partido contra el SC Braga, un equipo ambicioso cuyo principal objetivo es pellizcar los talones a los llamados grandes.
Animado por el factor campo, el Oporto no tuvo miedo de tomar las riendas del partido y la actitud autoritaria que mostró ante el equipo de Braga estuvo a punto de dar sus frutos en los primeros minutos. De hecho, lo hizo, pero el árbitro tuvo la última palabra.
Un empujón totalmente innecesario de Samu Omorodion sobre João Ferreira, cuando el español tenía el espacio perfectamente controlado, hizo que su remate sirviera de poco, tras una buena combinación entre Nico González y Pepê, desde el pasillo central hacia la banda derecha. La idea estaba clara.
El karma del empuje
El remate del delantero español fue sólo un ejemplo de lo que el Oporto podía hacer en el partido. Las ocasiones se sucedían, con los Dragones explotando muy bien el pasillo central e intentando desestabilizar una línea defensiva que ya estaba incómoda con las constantes aproximaciones del equipo local.
Las genialidades de Pepê se desbocaron, mientras Nico dirigía el juego en busca de nombres como Galeno y Samu, insaciables a la hora de buscar la portería. En el otro bando, la primera ocasión real de peligro del SC Braga llegó a la media hora de juego, cuando Vítor Carvalho estuvo atento para desviar un dulce pase de Gabri Martínez en una fantástica parada de Diogo Costa. Y eso fue todo.
Los hombres de Vítor Bruno no desaprovecharon el impulso y obligaron a los del Miño a replegarse en su fortaleza defensiva, encontrando espacios por mediación de João Ferreira. El lateral reconvertido a central por Carvalhal no se percató de la llegada de Galeno y empujó al brasileño hacia atrás. De empujado a empujado... el karma hizo una de las suyas.
El árbitro estaba cerca y no dudó en señalar el punto de los once metros, donde Galeno engañó a su excompañero Matheus y celebró (de forma comedida, por respeto a su antiguo club) el 1-0 en el tiempo añadido de la primera parte.
La importancia de un recogepelotas
En medio de jugadores y entrenadores, la figura de un recogepelotas parece demasiado pequeña para lo que es un partido de fútbol. Esta tarde en el Dragão se ha demostrado lo contrario. Pero hablaremos de ello dentro de un momento.
En primer lugar, es importante decir que el SC Braga entró en la segunda parte con una actitud ligeramente diferente y se mostró más activo en las zonas de ataque. Ricardo Horta demostró que no tenía puntería en el minuto 53, tras una bonita jugada de ataque en la que participaron varios jugadores, pero poco después se produjo una fiesta del Miño.
Llamado al área, Roger aprovechó un balón suelto para marcar un golazo, de los que levantan un estadio y encarrilan el partido. No por mucho tiempo...
¿Recuerdas la historia del recogepelotas? Es hora de entrar en el juego. Literalmente. Rápido avance de los Dragones gracias a un joven recogepelotas que puso el balón en las manos de Mateus Fernandes, que había entrado al principio de la segunda parte en lugar de João Mário, y el balón llegó al genio Pepê para que éste hiciera magia y pusiera el 2-1.
Con los tres puntos en la mano, el Oporto intentó administrar la ventaja hasta el pitido final, ante un SC Braga que seguía creyendo en un resultado diferente, y la entrada de Amine El Ouazzani y Gharbi animó el sector ofensivo del Miño, aunque sin que se lograse el objetivo. Diogo Costa lo impidió.
El mejor del partido Flashscore: Galeno (Oporto)