Un Atleti brillante gana con sufrimiento y la caza al Madrid continúa (2-1)
El Atlético de Madrid ha recobrado la ilusión. Cuando su destino, tras ser eliminado en la Champions y la Copa y mirando con prismáticos a los dos primeros de la liga, parecía encaminado a un final de temporada sin mayores alicientes, el Real Madrid, su gran rival, le ha proporcionado un acicate de gran calibre. Los numerosos tropiezos madridistas en liga han acercado a los colchoneros a la segunda plaza del campeonato y ese objetivo, pudiendo arrebatarle un premio, aunque sea menor, a su gran enemigo, ha convertido esa misión en caza mayor.
Por ese motivo, y por la racha de 12 partidos sin perder y 5 victorias consecutivas, el Cívitas Metropolitano presentaba un lleno absoluto para un choque frente al Almería que, en otras circunstancias, habría sido casi de relleno. La convincente victoria del Madrid en Cádiz no restó un ápice de entusiasmo ni a aficionados ni a jugadores, que salieron en tromba desde el principio, con el toque de corneta del Cholo desde el banquillo y comenzaron arrollando a un Almería que se mostraba incapaz de frenar una avalancha de juego ofensivo que llegaba en oleadas desde todas las partes del campo.
Griezmann, en plan Napoleón
Tanto era el ímpetu que desplegaba el Atleti que el gol, ese bien tan escaso otrora en el Metropolitano, no tardó en aparecer. En el minuto 4, Ángel Correa, que volvía a jugar tras el fallecimiento de su madre y el homenaje de sus compañeros en Vallecas, peinó en el primer palo un córner botado por Carrasco y Griezmann, en el segundo, listo como un lince, se anticipó a Centelles en línea de gol, con Fernando Martínez ya superado, y anotó de cabeza el primero para los rojiblancos. El huracán colchonero no remitía y era jaleado desde la grada por un público entregado a la nueva causa, el subcampeonato liguero. Ya se sabe que con un buen estímulo la desidia puede transformarse en voracidad.
El abanderado de ese nuevo Atleti, el mejor equipo de la segunda vuelta de la liga, es, sin duda, Antoine Griezmann. El francés, erigido en líder indiscutible, asiste, marca, organiza, da espectáculo, recupera balones y tira del carro cuando es necesario. Se ha convertido en un jugador total. Es el mariscal de campo, Napoleón vestido de futbolista.
Los Globetrotters colchoneros
La confianza adquirida es tan grande que el equipo tradicionalmente rocoso y poco dado a los malabarismos a veces se convierte en los Globetrotters el fútbol. En el minuto 26 Griezmann metió un pase de fantasía a Correa y éste, con una deliciosa maniobra, se deshizo de su marcador dentro del área y remató de rabona. Si hubiera entrado, habría sido uno de los mejores goles del campeonato. La metamorfosis ha sido radical. Los once colchoneros (más bien diez, porque Oblak era un espectador sobre el campo) estaban desatados y el Almería, que lucha por la supervivencia y se deja la piel en cada balón, no encontraba el antídoto ante un alud de fútbol sin descanso.
Los andaluces se encontraban acorralados pero el fútbol muchas veces guarda sorpresas a la vuelta de la esquina. En una acción aislada, un tremendo error de Correa en un pase hacia atrás, le llegó a Baptistao, que chutó sin pensarlo dos veces, el balón pegó en Giménez, que se había lanzado al suelo para tapar el disparo y la mala suerte hizo que desviase el balón, que trazó una parábola imposible de detener para Oblak. El Almería encontró un oasis en el desierto y la fortuna hizo el resto.
Reacción inmediata
En otro momento, al Atleti le habría afectado un golpe tan inmerecido pero este equipo es una roca emocional. Su respuesta fue mantener el asedio y la recompensa no tardó en llegar. En una magnífica combinación entre Carrasco, Correa y Griezmann, el belga asistió al francés, que remachó el segundo desde el punto de penalty. El 8 del Atleti, el delantero del pelo teñido de colores, se gusta, deslumbra y tiene imán para el gol. Resulta difícil destacar a algún jugador del campeonato más en forma que él. Con el suspense de la comprobación del VAR por posible fuera de juego, se dio validez al gol justo antes del descanso y el público despidió a su equipo con una ovación tras una exhibición arrebatadora de fútbol ofensivo.
En la segunda parte el Atleti no bajó el ritmo y el aluvión se mantuvo. Las ocasiones se fueron sucediendo de forma inusualmente frecuente. Fernando Martínez evitó un gol de Marcos Llorente, el palo derecho uno de Carrasco y el izquierdo otro de Griezmann. El ciclón no daba descanso pero faltaba rematar la faena. Un resultado tan corto suponía estar a expensas de un disgusto en cualquier momento a pesar del dominio total del encuentro. Entró Morata en el 63 para ayudar en la tarea ofensiva pero el tercero se resistía. Viendo que seguía vivo a pesar del acoso, el Almería decidió salir a la aventura en busca de una recompensa inesperada y, en una incursión cerca del 90, Giménez tocó un balón con el brazo, el asistente de VAR llamó al árbitro y la congoja se apoderó del Metropolitano. Tras unos instantes de angustia, Díaz de Mera decretó fuera de juego de Portillo. El Almería se animó, la entrada de Ramazzani le dio aire y el Atleti sufrió al final pero logró la sexta victoria consecutiva. La caza continúa y la pelea del Almería por la permanencia también.
Jugador Flashscore del partido: Antoine Griezmann