Después de que Castellón y Deportivo de la Coruña lograran el objetivo semanas atrás, todas las miradas están puestas en los playoffs, con cuatro equipos clasificados (Málaga, Córdoba, Barcelona B y Nàstic de Tarragona) para la eliminatoria decisiva. A excepción del filial azulgrana por motivos lógicos, los tres restantes han experimentado el dulce sabor de la élite en el presente siglo, sobre todo los boquerones, y hasta se puede afirmar que es una anomalía que integren la división de bronce.

El conjunto de la Costa del Sol dejó escapar el triunfo en Balaídos ante el Celta B (2-2) y remontó en La Rosaleda (2-1) tras el tanto de Alfonso González, que ya había visto portería en casa. Luego, un doblete de Roberto Fernández, que ya luchó por ese mismo objetivo con el segundo equipo culé en la pasada campaña, castigó al plantel celeste e hizo vibrar a un estadio en el cual se congregaron 29.042 espectadores. 

La escuadra que comanda Sergio Pellicer tendrá que vencer al Nàstic, sin participación en LaLiga Hypermotion desde el curso 2018/19, para subir. Los del Nou Estadi Costa Daurada, con mejor clasificación en la fase regular que su rival, empataron a dos ante el Ceuta fuera de la península y resolvieron la papeleta en casa este domingo (2-1). El experimentado Rodri Ríos, un trotamundos del balompié, asustó en el segundo acto, aunque no fue suficiente.

En el otro lado del cuadro, el plantel de Rafa Márquez, que ganó por partida doble a la Unión Deportiva Ibiza (1-2 y 5-3), se cita con la entidad califa en un vibrante pulso. Estos últimos remontaron tanto en la ida como en la vuelta, un guion distinto al de su siguiente escollo, que pasó por encima de la Ponferradina (0-1 en El Toralín y 2-1 en el Nuevo Arcángel). Los verdiblancos, ligeramente favoritos tras quedar en un escalón superior en su respectivo grupo.