El Celta anula el leve impulso del Valladolid y sigue soñando (3-1)
Ilusionarse en el amanecer de una temporada es un arma de doble filo. Queda mucho terreno por delante y una lesión, un mal planteamiento o un error durante un partido son factores que afectan el desarrollo de una campaña que a penas inicia. El Celta, sin embargo, es un equipo que sueña. Sueña porque disfruta de un juego agresivo. Porque aprovecha al máximo las impresiciones del rival. Porque el conjunto de Claudio Giráldez lleva tres victorias en cinco partidos tras derrotar al Real Valladolid en Balaídos.
El primer tiempo del Celta puede traducirse en una palabra: perfección. Los gallegos iniciaron con el pie derecho el partido. Hugo Álvarez, en el 22', definió con un zurdazo -después de un caño limpio- que tomó por sorpresa a Hein y adelantó a los locales. 12 minutos más tarde, Borja Iglesias confirmó su gran estado de forma y puso de cabeza el 2-0 que le brindaba a los de Claudio Giráldez una cómoda ventaja antes de los vestuarios.
Expulsión e inteligencia
El Valladolid, que provocó poco peligro en los primeros 45, se encontró con el descuento gracias a una buena jugada de Raúl Moro. El internacional sub-21 se inventó una internada por la banda y tomó distraídos a la defensa del Celta y a Guita. Lucas Rosa, en el 72', tuvo una de las más claras de la segunda mitad: el lateral del Valladolid remató dentro del área y envió el balón muy cerca del palo.
Los visitantes buscaban con intensidad el empate cuando Mario Martín cometió una entrada a destiempo que impulsó al colegiado a mostrarle la roja directa. Con la expulsión, el sistema del Valladolid volvió a romperse. Minutos más tarde, Javi Rodríguez, en el 84', anotó el 3-1. El gol, no obstante, no subió al marcador por un fuera de juego observado desde el VAR. Sobre el final, sin embargo, el Celta puso la sentencia con un gol de Douvikas en el tiempo añadido.
Jugador Flashscore del partido: Hugo Álvarez.