Florian Lejeune (32) ya no es del Deportivo Alavés. Las negociaciones con el Rayo Vallecano, satisfecho con su rendimiento en el curso 2022/23, arrancaron semanas atrás. Ha tenido un papel importante a las órdenes de Andoni Iraola y, pese al cambio en el banquillo, la entidad madrileña ha vuelto a confiar en él. Y no con dudas, sino con un contrato importante en lo que a duración se refiere si tenemos en cuenta, además, que ya supera las tres décadas: tendrá 36 años en 2027.

El galo tuvo un rol importante en la salvación del cuadro vitoriano, en la campaña 2020/21, pero no pudo evitar el descenso en la siguiente. La diferencia en cuanto a participaciones fue mínima, habitualmente junto a Víctor Laguardia en el eje de la zaga, y esa dinámica se ha mantenido durante su estancia en la capital. Se espera que vuelva a mantenerla a corto y medio plazo, aunque ya no podrá acompañar a Alejandro Catena, quien ahora disfruta en Osasuna, con el cual disputará la Conference.

Con 74 encuentros como albiazul en su haber. Así es como se va Lejeune, quien pasó por muchos clubes antes de aterrizar en Mendizorroza (Istres, Villarreal, Brest, Girona, Eibar y Newcastle), y llega Rafa Marín (21) para intentar dar seguridad a una posición muy delicada y trascendental, especialmente para quienes aspiran a mantener la categoría. Lo hace en calidad de préstamo, hasta el 30 de junio de 2024, e incluso ya está en Benidorm junto al resto de la plantilla para, en su caso, arrancar la pretemporada.

El central, que pertenece al Real Madrid, es una apuesta de cierto riesgo porque aún no sabe lo que es jugar en la élite. Sólo ha competido en el filial blanco, por supuesto en Primera RFEF -la división de bronce-, y lo normal es que necesite cierto período de adaptación. Fue internacional con la selección sub-17 y con la sub-18, aunque no representa a España desde 2020. Un buen papel en LaLiga EA Sports le abriría las puertas de la sub-21, dirigida por Santi Denia.