Contracrónica: Bellingham se divierte en la Catedral y Lunin aprueba el test
Menuda plaza para empezar LaLiga y debutar con la camiseta del Real Madrid: San Mamés. Un tal Jude Bellingham se divirtió sobre un jardín que no conocía e hizo propio. Qué despliegue, qué superioridad física, qué calidad... Aquellos que tenían dudas sobre si podía tardar un tiempo en adaptarse al fútbol español, ahora pueden estar tranquilos; salvo que sean del Barcelona y del Atleti, porque entonces tienen motivos de sobra para dormir algo más preocupados.
Con Toni Kroos y Luka Modric como suplentes, Carlo Ancelotti envió un claro mensaje: ya no son indiscutibles. "Son parte de una plantilla que tiene mucha calidad. No puedo decir que van a ser suplentes. Son jugadores muy importantes. Hoy he elegido esta alineación, pero puede ser que la semana que viene la cambie", explicó después del encuentro. El mediocentro inglés, sin embargo, disputó los 90 minutos y está llamado a ser un fijo en las alineaciones del italiano.
"Omnipresente" es una palabra que describe a la perfección la actuación que protagonizó Bellingham, ya goleador, este sábado. Era el primer encuentro oficial y, en cambio, parecía tener un rodaje de varios meses. Condujo desde su campo hasta el rival, esquivando rivales como conos de plástico, y ayudó en defensa gracias a sus constantes ayudas. Ocupó una posición que le otorgaba plena libertad y, al contrario que otros futbolistas, mostró un compromiso envidiable. Así es él.
Rodrygo cumple y Lunin da seguridad
En una noche más desafortunada para Vinicius Júnior, que perdió más balones de lo habitual, Rodrygo Goes apareció para abrir el marcador, un paso adelante muy trascendental para sumar tres puntos en territorio hostil. Parecía lo más difícil y, en una acción muy concreta, el brasileño volvió a tener un papel decisivo. No brilló, ni mucho menos, pero qué más se puede pedir en un contexto como ese.
Si la lesión de Éder Militao fue la peor noticia de la jornada para el Madrid, situación que "preocupa" al entrenador porque "no tiene buena pinta", la solvencia y solidez que ofreció Andriy Lunin se cuela entre las conclusiones más positivas que pueden sacar los blancos. Sin que lo forzaran demasiado, atrapó todos los balones y estuvo especialmente acertado en el juego aéreo.