Si el Atlético de Madrid está en la cuarta posición de LaLiga EA Sports y bien posicionado en la Champions League es, en buena parte, gracias al acierto de Álvaro Morata de cara a la portería rival. Su promedio está al alcance de sólo unos elegidos (0,84), aunque se ha quedado sin mojar en siete ocasiones, y no será porque no ha tenido rivales de gran nivel enfrente -marcó un doblete, por ejemplo, en el derbi ante el Real Madrid-.
El ariete, que está a un gol de igualar a David Silva como cuarto máximo goleador de la historia de la Roja, lleva siete tantos con la camiseta rojiblanca y cuatro como internacional desde agosto. Y bien podrían haber sido cinco porque marcó ante Noruega para abrir el marcador, pero fue anulado por estar en posición antirreglamentaria, una acción que le costó algunas críticas porque el esférico iba directo a la red tras desviarlo un contrario y su toque evitó el 0-1.
Conviene destacar que ha firmado cuatro con la cabeza, misma cantidad que con el pie derecho (y uno menos con el izquierdo). Y todos, para sorpresa de nadie, los ha logrado desde dentro del área. A excepción de un par de ellos, los restantes han llegado en asociación con otros futbolistas -Saúl Ñíguez le asistió dos veces y lidera una lista a la que se unen Ángel Correa, Samuel Lino, Nahuel Molina, Marco Asensio, Fabián Ruiz, Mikel Merino y Jesús Navas-.
Números de primer nivel
Un dato muy importante tiene que ver con el gran porcentaje de efectividad, ya que un 58% de sus intentos entre los tres palos han acabado dentro de las mallas: un 66% en el caso de la máxima competición continental y un 55% en el de LaLiga. Así, se demuestra que necesita muy poco para batir al guardameta rival, pero también está claro que depende de la colaboración de sus compañeros para tener situaciones tan claras en el área contraria. Una vez las tiene, sin duda, las aprovecha.
Este fulgurante arranque en el torneo doméstico es el segundo mejor inicio de curso en su carrera como profesional: sólo en la campaña 2017/18 llevaba una cifra más elevada tras nueve jornadas ligueras (seis cuando estaba en el Chelsea). En aquella ocasión, por si puede servir como referencia, acabó con sólo once chicharros en 31 participaciones. Empezó como un tiro, pero fue incapaz de mantener ese ritmo. La duda está en qué ocurrirá durante los próximos meses -15, su récord-.