Durante el último año, la Fiorentina ha pensado todos los días en la final de la Conference. Pero no en la que jugará este miércoles contra el Olympiacos, sino en la que perdió el pasado mes de junio contra el West Ham.

Una derrota aún más difícil de encajar por la forma en que se produjo: en los minutos finales de un partido muy igualado que, como suele decirse en estos casos, se decidió por un detalle que, por desgracia para los toscanos, cayó del lado inglés, provocando que la copa volara a Londres.

Y precisamente con la herida aún abierta, los chicos de Vincenzo Italiano afrontan la segunda final en doce meses con el objetivo de mejorar lo hecho, pero conscientes de sus propios méritos: "Estamos disfrutando de estos momentos que no se dan todos los años, pero hemos tenido la suerte y el acierto de que vuelva a ocurrir", reconocía Cristiano Biraghi, durante el Media day.

La guinda

Después de dos años recorriendo Europa, la prudencia es la nota dominante: "Estamos tranquilos, serenos y concentrados. Sabemos que hay mucha expectación y es normal que sea así porque es el segundo año consecutivo que la disputamos y es algo extraordinario. Hemos dado muchas alegrías a nuestra afición, pero ahora esperamos ponerle la guinda al pastel".

El capitán viola está seguro de que lo sucedido contra el West Ham puede ayudarles a superar los momentos difíciles de una final: "¿Es el momento adecuado para traer a casa un trofeo? Bueno, el año pasado también lo era. Lo intentamos entonces y lo volveremos a intentar el miércoles. Y esperemos que, con la experiencia que adquirimos el año pasado, podamos hacerlo mejor".

Favorito

A diferencia de la final de la temporada pasada, la Fiorentina afrontará el partido de este año con los pronósticos en contra, aunque el ambiente en el Agia Sophia de Atenas será extremadamente caldeado, con los aficionados griegos que -al no poder contar (al menos en teoría...) con más seguidores que los italianos dentro del estadio- intentarán hacer valer el factor campo incendiando las calles de la ciudad -en el sentido deportivo del término-.

Sin olvidar que, enfrente, habrá un equipo capaz de eliminar al gran favorito del torneo, el Aston Villa de un especialista en competiciones europeas como Unai Emery, que, no por casualidad, logró conquistar la cuarta plaza de la Premier League: "El Olympiacos viene de una trayectoria apasionante contra grandes equipos . Llegan con confianza en sí mismos y son muy organizados. No tendremos que cometer errores, los detalles marcarán la diferencia", quiso subrayar Vincenzo Italiano inmediatamente después del partido contra el Cagliari.

Y no cabe duda de que para el técnico de la Fiore, la segunda final en doce meses será aún más especial porque podría ser la última en el banquillo del club toscano:"Todos los entrenadores ya han hablado con sus clubes, yo ya lo he hecho".

Pero no es el momento de hablar de su futuro, ni de pensar en uno mismo: "Concentrémonos en la final y no nos distraigamos, luego sacaremos conclusiones. Espero ganar y dar esta alegría a nuestra gente y también a los chicos, que llevan años encontrando energía día tras día".