La persistencia da sus frutos a Serbia
Serbia, que se había ido de vacío a pesar de su alentadora actuación del domingo contra Inglaterra, era consciente de la importancia de su segundo partido de la liguilla.
Sin embargo, a falta de 20 minutos para el final del encuentro en Múnich, los hombres de Dragan Stojkovic parecían estar en serios apuros, en desventaja con respecto al primer gol de Eslovenia, obra de Zan Karnicnik.
A Serbia se le habría perdonado que entrara en pánico, dada la magnitud de la situación, pero los hombres de Stojkovic lograron recuperar la compostura y buscaron el empate en los últimos minutos para mantener vivas sus esperanzas de clasificación de cara al último partido de la liguilla.
Parecía demasiado poco y demasiado tarde, ya que Jan Oblak se mantuvo firme en la portería eslovena, pero en el quinto minuto del tiempo añadido, el suplente Luka Jovic dio un oportuno recordatorio de su capacidad goleadora para arrebatarles un dramático reparto del botín.
El gol de Jovic podría resultar decisivo, ya que una victoria contra Dinamarca el próximo martes debería bastar a Serbia para pasar a octavos de final.
Inglaterra recibe un toque de atención
Inglaterra lleva dos partidos sin arrancar en la Eurocopa 2024. Si contra Serbia salió airosa, no lo hizo ante una selección danesa mucho más sólida. Los pupilos de Gareth Southgate se mostraron deslucidos en la segunda parte del choque contra Serbia y continuaron con esa tónica durante la mayor parte del choque contra Dinamarca (1-1).
Southgate tiene que tomar nota de lo que ha visto de su equipo en estos dos primeros partidos, de lo contrario existe el riesgo de que el torneo de Inglaterra llegue a su fin más pronto que tarde.
El sistema actual no está funcionando.
Dinamarca dejó en evidencia a Inglaterra una y otra vez por el centro del campo y por la banda. Declan Rice recibía poco apoyo de Jude Bellingham o Trent Alexander-Arnold, y Kieran Trippier se quedaba aislado sin el apoyo de Phil Foden, que se movía libremente.
Inglaterra parece desarticulada en las transiciones defensivas y carece de cohesión en ataque. Al equipo le falta algo de la química que se vio a lo largo de la Copa Mundial de 2022.
Un problema clave, más allá de la falta de química, es que los jugadores están recibiendo instrucciones de echar el freno de mano después de adelantarse en el marcador. Al tempranero gol de Harry Kane contra Dinamarca le siguió un planteamiento familiar en la ajustada victoria de Inglaterra contra Serbia. Inmediatamente después del gol, dejaron de dominar la posesión, se replegaron en un bloque bajo e invitaron a Dinamarca a echárseles encima.
Lo hemos visto antes en grandes torneos por parte de Southgate, pero el centro del campo de Inglaterra es mucho más vulnerable defensivamente en esta ocasión y un planteamiento así es suicida.
Inglaterra tiene talento ofensivo (como demuestran los momentos de calidad de Kane, Foden y Bukayo Saka en los dos primeros partidos de Inglaterra) para matar a equipos como Serbia y Dinamarca antes de la hora de juego. Con un 3-0 a favor, uno puede permitirse el lujo de replegarse, hacer sustituciones defensivas y tratar de mantener su puerta a cero, pero no con un 1-0.
Para el último partido de grupo de Inglaterra, en el que necesitan un punto para avanzar, Southgate debe hacer cambios. Alexander-Arnold no está funcionando en el centro del campo y el sistema tampoco. Traer a Anthony Gordon para apoyar a Trippier, bajar a Bellingham para apoyar a Rice y permitir que Foden juegue en el centro es la respuesta obvia al creciente dolor de cabeza de Inglaterra.
España demuestra que puede evitar correr la misma suerte que sus predecesores
Han pasado 12 años desde la última vez que España ganó un gran torneo, y desde entonces su mayor defecto ha sido la incapacidad de ser lo suficientemente directa como para doblegar a equipos defensivamente fuertes.
Gracias a dos jóvenes estrellas, eso ya no es así.
Los equipos españoles de antaño, repletos de mediapuntas con mucho desparpajo pero poca velocidad, habrían tenido dificultades para doblegar a la Italia que aparcó el autobús en su choque, pero este equipo cuenta con Nico Williams y Lamine Yamal, dos extremos habilidosos que pueden crear algo de la nada por muy difícil que sea doblegar a un rival.
Yamal fue el protagonista en el primer partido de la Roja, pero fue Williams quien deslumbró en el segundo. El extremo del Athletic de Bilbao se deshizo de su hombre y envió una y otra vez un disparo o un centro peligrosos. Al final del partido, había dado cuatro pases decisivos y una asistencia, y sólo la madera le impidió marcar un gol.
Con él y Yamal en sus bandas, este equipo español tiene lo que hace falta para doblegar a cualquiera, y Ayoze Pérez demostró en su impresionante cameo desde el banquillo que puede proporcionar una amenaza igualmente directa.
Williams y compañía se aseguraron el primer puesto del Grupo B con una dominante victoria por 1-0, y todos los demás equipos del torneo intentarán evitar enfrentarse a ellos en la primera ronda eliminatoria.