San Marino tuvo poco que hacer contra Dinamarca en el partido de este jueves. El conjunto de Christian Eriksen y compañía es infinitamente superior y parecía casi una utopía pensar que el ansiado triunfo podía llegar en un escenario tan complejo como ese, pero si hay un deporte donde hay cabida para las sorpresas, ese es el fútbol. Los nórdicos jugaban ante su afición y no dejaron pasar la oportunidad de brindarles un resultado positivo (4-0), si bien podía esperarse una goleada más amplia.
Para el combinado dirigido por Fabrizio Costantini, la Eurocopa es una utopía: ocupa el puesto que cierra la clasificación con pleno de derrotas, una adversa situación que han logrado evitar Islas Feroe y Andorra, ambas ya con una unidad en su casillero. Tras lo ocurrido en esta última jornada, ya pueden decir que han perdido contra todos los componentes del grupo: Irlanda del Norte (0-2), Eslovenia (2-0), Kazajistán (0-3) y Finlandia (6-0).
Hay que remontarse al 28 de abril de 2004 para dar con el último triunfo: fue un amistoso frente a Liechtenstein que se saldó por un ajustado 1-0. Han pasado casi 20 años desde aquello sin que entonces pudieran imaginar -o sí- que el futuro a corto, medio y largo plazo iba a ser especialmente negro. Fueron 61 las derrotas consecutivas (hasta el 15 de noviembre de 2014, cuando rascaron un empate sin goles en un encuentro de carácter oficial ante Estonia).
Posteriormente, ya en el año 2020, sacaron otro punto contra el pais con capital en Vaduz, un nuevo resultado gafas que pudieron emular apenas un mes después contra Gibraltar. Y en septiembre de 2022 se enfrentaron a las Seychelles para finalmente cosechar otro marcador similar unas semanas antes de evitar la derrota en Santa Lucía (1-1). El próximo reto llegará este mismo domingo, aunque con Jan Oblak, Benjamin Sesko y compañía volverá a ser muy cumplicado.