Era un partido muy especial por un sinfín de motivos: Eslovenia, que todavía no sabe lo que es ganar en una Eurocopa, y Dinamarca se reencontraban en esta edición tan especial para Christian Eriksen, cuyo recorrido en el torneo de 2021 se limitó a sólo unos minutos debido a un paro cardíaco. La imagen estremeció al mundo.
Aquel trágico encuentro inaugural lo cambió todo, pero la vida le ha dado la oportunidad de jugar en un contexto igual. Y la angustia se ha convertido en felicidad: recién superado el cuarto de hora, Jonas Wind prolongó tras un saque de banda rápido y el '10' nórdico irrumpió para batir a Jan Oblak.
Lo cierto es que la selección de Kasper Hjulmand ya dominaba con el resultado gafas. Tenía la posesión del cuero y estaba dispuesta a generar peligro. Sin embargo, Benjamin Sesko, un ariete que ya se presentó al mundo en la Champions y en la Bundesliga con el RB Leipzig, amenazó justo antes del 0-1. Doble castigo a nivel moral.
El toque de fortuna necesario
Todo el peso recayó sobre las botas de Eriksen en su regreso a la Euro 1.100 días después. Un envío suyo pudo traducirse en el segundo, obra de un zaguero en propia portería, y luego perdonó en una situación ideal cuando los aficionados ya pensaban en el camino hacia el servicio... o la enésima cerveza del día.
El segundo acto arrancó como debía: los hombres de Matjaz Kek se impulsaron hacia el empate (la conexión del Panathinaikos Gnezda Cerin-Max Elsnik insistió luego) con más actitud que juego. Aun así, los de rojo, más verticales, pudieron sentenciar por partida doble, a balón parado y en una transición culminada por Rasmus Højlund.
Y si no aciertas, claro, estás condenado a lamentar. Šporar firmó un nuevo aviso, Sesko hizo temblar el travesaño con un zambombazo desde la frontal del área y Janza devolvió las tablas gracias al desvío involuntario de Hjulmand (77'). El reparto de puntos lo deja todo en el aire en el Grupo C.
Jugador Flashscore del partido: Christian Eriksen.