De Bellingham a Shaqiri: Cuando los gestos polémicos amargan las celebraciones
El centrocampista anotó el gol del empate en el minuto 95, antes de que Inglaterra se impusiera a Eslovaquia por 2-1 en la prórroga del domingo, y se enfrentará a Suiza en cuartos de final.
Tras el gol, se vio a Bellingham imitando un agarrón en la entrepierna mientras, al parecer, miraba hacia el banquillo eslovaco.
La estrella ha asegurado a sus seguidores que se trataba simplemente de una broma interna entre él y algunos amigos.
"Un gesto de broma hacia unos amigos íntimos que estaban en el partido. Nada más que respeto por cómo ha jugado esta noche el equipo eslovaco", declaró Bellingham en X.
Sin embargo, la UEFA dijo que se había abierto una investigación sobre "una posible violación de las normas básicas de conducta decente por parte del jugador de la Asociación Inglesa de Fútbol, Jude Bellingham, presuntamente ocurrida en el ámbito de este partido".
Desde entonces se han producido otras polémicas similares, aunque no relacionadas con la anterior: el turco Merih Demiral también fue objeto de críticas por su celebración del "saludo del lobo" tras la victoria de su país en octavos de final contra Austria.
El gesto, que imita la forma de la cabeza de un lobo, está vinculado a los derechistas "Lobos Grises", una rama juvenil ultranacionalista del Partido del Movimiento Nacionalista de Turquía.
A continuación, Flashscore repasa otros momentos polémicos en el fútbol:
La doble águila de Xherdan Shaqiri
El suizo Xherdan Shaqiri, de ascendencia albanokosovar, celebró sus goles contra Serbia con un gesto de "doble águila", imitando el emblema nacional albanés.
Las tensiones entre Serbia y Albania ya eran elevadas debido a conflictos históricos, especialmente las guerras yugoslava y kosovar, esta última con la muerte de 3.368 civiles.
El gesto de Shaqiri -que también imitó su compañero de equipo Granit Xhaka, que comparte la misma ascendencia- se consideró un símbolo del nacionalismo albanés y desató una tormenta sobre el terreno de juego y fuera de él.
En aquel momento, Shaqiri intentó restar importancia a la celebración: "Es sólo emoción. Estoy muy contento de marcar este gol. No es más. No tenemos que hablar de esto ahora".
Al final, la FIFA multó a Shaqiri y Xhaka con 7.600 libras por la celebración, pero no dejó de ser un símbolo memorable y potente de las tensiones geopolíticas que pueden estar cociéndose a fuego lento bajo la superficie del deporte rey.
La "quenelle" de Nicolas Anelka
El delantero francés Nicolas Anelka causó un gran revuelo cuando celebró un gol con el West Brom (uno de los varios clubes en los que se podría olvidar que había jugado) contra el West Ham con un gesto de "quenelle".
Los goles fueron los primeros que marcó con el club tras su llegada en 2013, y lo celebró haciendo la señal con la mano, un saludo nazi invertido popularizado en Francia por su polémico amigo cómico Dieudonné.
Algunos relacionaron este gesto con el antisemitismo, lo que provocó su expulsión de la selección francesa. El propio Anelka negó cualquier intención antisemita, alegando que se trataba de una dedicatoria a su amigo en cuestión que utiliza el gesto.
Sin embargo, el daño estaba hecho, y el club le dejó marchar al final de la temporada en medio de un acalorado debate en la prensa.
La flauta de Gazza contra el Celtic
El centrocampista inglés Paul Gascoigne, conocido por su animada personalidad y sus bromas sobre el terreno de juego, desató más polémicas en una carrera plagada de momentos locos al celebrar un gol del Rangers contra el Celtic -nada menos que en Celtic Park- en un siempre fogoso derbi Old Firm.
Poco después de su llegada a Glasgow, unos compañeros de equipo desafiaron a Gazza a que imitara a tocar la flauta, burlándose de un cántico sectario dirigido contra él por los hinchas del Celtic.
Poco después, el inglés reveló que no se había dado cuenta de que estaba imitando a un manifestante de la marcha Orange tocando "The Sash", un símbolo de la supremacía lealista que sin duda enfurecería a los católicos.
Mientras que algunos lo vieron como una broma desenfadada, otros lo consideraron ofensivo e irrespetuoso, sobre todo teniendo en cuenta las tensiones históricas y religiosas de Glasgow.
"Lo grande que es el derbi, donde desgraciadamente puede ser católico contra protestante, lo sé más que nada. No volveré a hacerlo", declaró posteriormente el geordie sobre el incidente, que le valió una multa de 20.000 libras por parte del Rangers y supuestas amenazas de muerte reales por parte del IRA.
Robbie Fowler cruza la línea
La celebración de un gol de Robbie Fowler, leyenda del Liverpool, contra el Everton, su rival local, sigue siendo un ejemplo más irónico (o de "nariz en bolsa") de celebraciones polémicas.
Tras marcar, Fowler se arrodilló en la banda de Anfield y simuló esnifar una gigantesca línea imaginaria de cocaína del suelo de una de las marcas blancas del terreno de juego.
El gesto fue ampliamente condenado por insensible e irrespetuoso con los afectados por la drogadicción y causó cierto revuelo en los periódicos por ser de mal gusto.
En aquel momento, Fowler afirmó que se trataba de una burla desenfadada a un aficionado en particular que se había estado mofando de él durante todo el partido, y Fowler había sido objeto de burlas similares relacionadas con las drogas a lo largo de su carrera.
En cualquier caso, el descarado chiste del delantero le valió una sanción de cuatro partidos, que llegó poco después de que el mes anterior fuera sancionado con dos partidos de suspensión por burlas homófobas contra el entonces lateral izquierdo del Chelsea Graeme Le Saux.
El saludo nazi de Paolo Di Canio
Paolo Di Canio protagonizó en 2005 uno de los gestos más ofensivos de la historia del fútbol, que parece olvidado, al saludar dos veces con el brazo en alto a los aficionados italianos.
Cuando jugaba con la Lazio contra su acérrimo rival, el Roma, el delantero italiano hizo el saludo fascista a los hinchas de su equipo después de marcar un gol, lo que provocó una condena generalizada.
Al parecer, también declaró después: "Soy fascista, no racista".
Di Canio fue multado y recibió una suspensión de un partido, pero el incidente no entorpeció su carrera tanto como podría haberlo hecho, ya que el expolítico laborista David Miliband abandonó la directiva del Sunderland después de que el italiano llegara como entrenador en abril de 2013, uno de los muchos periodos como técnico desde su época de futbolista.