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Alemania Federal 1988: Van Basten y uno de los goles más bellos de la historia del fútbol

Flashscore
Marco van Basten
Marco van BastenProfimedia
El 14 de junio comienza en Alemania la 17ª Eurocopa de fútbol. Hasta entonces, Flashscore le ofrece cada día algunos de los momentos más destacados de la historia de la Eurocopa.

En la lista de los mejores goles de la historia, tres de ellos ocupan los primeros puestos: el tanto del brasileño Carlos Alberto en la final del Mundial de 1970 contra Italia, el increíble gol de Diego Armando Maradona en la semifinal de 1986 contra Inglaterra en México y la increíble volea de Marco van Basten en la final de la Eurocopa de 1988 contra la Unión Soviética.

Países Bajos había hecho el corto viaje al otro lado de la frontera para participar en el torneo organizado por Alemania Occidental, con Ruud Gullit como una de las estrellas del fútbol mundial.

Ganador del Balón de Oro en 1983, Gullit acababa de terminar una agotadora primera temporada con el Milan, lo que le impidió mostrar todo su potencial en tierras alemanas.

Marco van Basten ocupó su lugar en el candelero después de que el seleccionador Rinus Michels le dejara en el banquillo en el primer partido de la Eurocopa, 1-0 contra la URSS.

Se quedó, fue titular contra Inglaterra en el siguiente partido, marcó un hat-trick y no volvió a quedarse en el banquillo hasta el final del torneo.

También él venía de un año agotador en el Milan y, a pesar de sus 23 años, las lesiones ya habían hecho mella en su rendimiento.

Pero en aquel verano de 1988, Van Basten marcó el gol de la victoria en semifinales contra la RFA que dio inicio a una de las mayores fiestas de los Países Bajos posterior a la II Guerra Mundial. La que tuvo lugar antes de anotar uno de los goles históricos del fútbol en la final.

El momento justo

Un centro desde la izquierda de Muhren, en su último partido con la selección, se elevó alto antes de bajar rápidamente hacia Van Basten, que de volea desde un ángulo casi imposible batió al guardameta Dasaev, más atento a la posición de Gullit en el área que a un posible disparo desde una posición desde la que pocos se habrían atrevido a disparar.

"Le pegué demasiado fuerte al balón", dijo Muhren años después. "Si el balón que pateó Marco hubiera acabado en Colonia (la final se jugó en Múnich), todo el mundo habría dicho que no podía haber hecho gran cosa con ese centro. Pero de repente se convirtió en el pase de gol más bonito de todos los tiempos. Marco lo hizo precioso".

"Fue en la segunda parte y estaba un poco cansado", declaró Van Basten a la página web de la UEFA. "El balón venía de Arnold Muhren y yo pensaba, vale, puedo pararlo e intentar algo con todos estos jugadores defensivos o puedo arriesgar y disparar. Ya sabes, necesitas mucha suerte con un intento así. Todo salió bien. Es una de esas cosas que a veces simplemente suceden. Lo intentas, pero necesitas mucha suerte, y en ese momento se me dio a mí hacerlo en el momento adecuado.

"Puedo contar muchas historias, pero fue una sensación fantástica. Tengo que estar contento y agradecido de que se me diera un momento así a mí y a Países Bajos. Ese fue el momento en el que pude decir: 'Es 2-0, podemos ganar este partido'. Pero la emoción en torno al gol, no entendí realmente lo que hice. Eso se nota en mi reacción. Me pregunto: '¿Qué está pasando?", añadió Marco van Basten.

Cinco años más tarde, su carrera se vería bruscamente truncada por una lesión con sólo 28 años, al verse obligado a abandonar el terreno de juego en la final de la Liga de Campeones de 1993 tras una dura entrada de Basile Boli (Olympique de Marsella), un momento cero que provocó medidas más duras contra los jugadores que "atacan por detrás".

Pero a pesar de que estuvo mucho menos tiempo sobre el terreno de juego que otros jugadores, el "Cisne de Utrecht", como se le apodaba por su gracia sobre el terreno de juego, siempre pasará a la historia como el autor de uno de los mejores goles jamás marcados.