Javier Aguirre y el Real Mallorca se vieron cerca de conquistar el título. Se adelantaron en el marcador durante el primer tiempo, una ventaja que desapareció luego por culpa de Oihan Sancet. Parecía que el Athletic Club de Bilbao podía aprovechar el arreón para remontar incluso antes de alcanzarse la prórroga, aunque nada más lejos de la realidad. Entre la fatiga y la férrea defensa de los insulares, hubo que esperar hasta los lanzamientos desde los once metros para decidir al ganador.

"Tengo esa sensación de crueldad, tanto nadar para morir en la orilla. Fue una bonita Copa del Rey que no tuvo un final feliz. Luego, los penaltis son una bolita. En el campo les dije que la cabeza y frente alta, dimos lo que tenemos y es suficiente. Nos permite competir contra cualquiera, llegar a la final. El penalti en sí es un gesto técnico, pero también es un juego emocional y una suerte de azar", explicó el técnico mexicano.

"Salió el plan (de juego) y la pena es que no pudimos concretar el buen trabajo que hicimos sin pelota. No hay mas que felicitar al Athletic. Llegar hasta aquí no estaba en nuestro proyecto, se fue dando. Nos encontramos en una final en la cual normalmente están Real Madrid, Atlético y Barcelona, los de siempre", apuntó Aguirre, quien llegó a la entidad en una situación muy diferente a la actual, con la salvación como único reto. 

"Osasuna demostró el año pasado que con solidaridad puedes competirle a cualquiera. No tengo nada que reprochar a mis jugadores. Vendimos cara la derrota", concluyó el veterano preparador. Sus palabras tienen el mismo tono de tristeza que las de Dani Rodríguez, quien reconoció ante Televisión Española que está "muy orgulloso" de sus compañeros, si bien admite que "no hay consuelo" tras acariciar el oro en La Cartuja.

Las estadísticas del choque están disponibles en Flashscore.