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Javier Aguirre será DT de México: a viejos problemas, viejas soluciones

Francisco Espinosa García
Javier Aguirre volverá a ser el DT de México
Javier Aguirre volverá a ser el DT de MéxicoGetty Images via AFP
Javier Aguirre (65) volverá una vez más a la selección de México como entrenador. Sustituirá a Jaime Lozano tras la enorme decepción que ha supuesto la actuación de la Tri en la Copa América.

En 2009, Javier Aguirre estaba sentado durante una rueda de prensa de la selección mexicana de fútbol y se preparaba para responder las preguntas de los periodistas como entrenador de un equipo al que llegaba por segunda vez en su vida como un bombero que tenía la misión de sofocar un fuego y encaminar al cuadro azteca a la justa mundialista de Sudáfrica 2010. 

Como ya lo había hecho a principios de siglo, cuando tomó las riendas del combinado mexicano que pasaba por complicaciones en su búsqueda para clasificarse a la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002, Aguirre tomó las riendas de la narrativa pesimista que había alrededor del Tri por parte de la prensa y, con su personalidad frontal y relajada, concentró los focos en su persona para liberar de presión a los jugadores

Aguirre, siempre expresivo
Aguirre, siempre expresivoGetty Images via AFP

La personalidad del Vasco

En la memoria colectiva nacional está una frase durante una rueda de prensa en la que Javier mostró el fuego de su personalidad al contestar una pregunta sobre Nery Castillo, el mexicano de nacimiento que se había criado en Uruguay y curtido como futbolista en Grecia, quien llevaba un par de años a la deriva desde que había deslumbrado al país en 2007 con un golazo anotado frente a Brasil en la Copa América de Venezuela, en la que el Tri acabaría en el tercer lugar. 

Con el rumor instalado que Castillo tenía que ser convocado a la selección por un contrato con la Federación Mexicana de Fútbol, Adolfo ‘Rufo’ Díaz, un experimentado periodista deportivo en el país, fue el encargado de hacerle la obligada pregunta a Javier, que estaba vestido de verde y con el micrófono listo para contestar. 

"Javier, en los últimos días, algunos colegas han circulado una versión sobre un contrato que obliga a la federación a convocar a Nery Castillo. Suponiendo sin conceder que existiera ese contrato, ¿te prestarías a eso?", preguntó Día. Y la respuesta de Aguirre quedó para siempre entre lo mejor del extenso anecdotario que el entrenador mexicano ha dejado para la posteridad. 

"Suponiendo sin conceder, Rufo. No mames", respondió jocoso Aguirre, mientras toda la sala atiborrada de periodistas estallaba en risa. Con seis palabras, en una sola frase y con un sello mexicanísimo, el entrenador desactivaba un rumor que había alimentado las portadas de los diarios deportivos durante semanas y, casi sin quererlo, desinflaba la angustia dejada por el sueco Sven-Göran Eriksson en su paso raquítico por el Tri. 

Aguirre terminaría clasificando a México para el Mundial sudafricano y se iría tras quedar fuera, como en otras tantas justas —incluida la de Corea-Japón que él dirigió— en octavos de final tras una derrota categórica frente a la Argentina de Maradona y Messi. Luego, el buen Vasco iniciaría un periplo de equipos y selecciones que le fueron dejando más canas, pero que también le agudizaron su personalidad. Una que, con 65 años cumplidos, es anhelada en las oficinas de la Federación. 

El mejor técnico mexicano de la historia

Con más de 25 años dirigiendo, Aguirre es, para muchos, el mejor entrenador mexicano de la historia. No obstante, el vínculo que la afición en México tenía en los últimos tiempos con un veterano Vasco que se convirtió en un especialista en salvar a equipos del descenso era a través de redes sociales, donde se compartían a destajo las declaraciones sin filtros y sin tapujos que hacía en España. El orgullo de decir "éste es uno de los nuestros" se limitaba a ese espacio virtual de likes y shares, sin imaginar que la vigencia de Javier para otro desafío tricolor estaba intacta. 

La eliminación de México en la fase de grupos de la última Copa América fue un golpe durísimo para la ilusión nacional, pero también un mazazo contundente de realidad que terminó de ubicar, junto al fracaso de la Copa del Mundo de Catar 2022, las expectativas de directivos y seguidores, quienes terminaron de entender que no estaban cerca de la élite futbolística como el discurso optimista había instalado durante los últimos tiempos. Por si fuera poco, la actitud cómoda de varios de los mejores futbolistas mexicanos, que prefieren volver a suelo conocido o llenarse de dinero en la MLS de Estados Unidos, terminó por frustrar a la pasión de aquellos que crecieron viendo una selección competitiva a la que, creían convencidos, solo le faltaba dar un paso para estar entre las mejores selecciones del mundo. 

Últimos partidos jugados de México
Últimos partidos jugados de MéxicoFlashscore

A por el Mundial 2026 en casa

A dos semanas de la eliminación frente a Ecuador, con la mente en el Mundial que tendrá —al menos una parte— en casa y con Jaime Lozano dejando el puesto de entrenador del Tri, en México los directivos han hecho caso omiso a las voces que pedían un golpe de autoridad para contratar a un técnico de gran renombre internacional y todo parece indicar que volverán a las bases y a una fórmula que funcionó en el pasado, justo en tiempos de gran presión social y mediática. 

Atrás quedará Jaime Lozano, quien no habría aceptado tener la sombra pesada a Javier Aguirre como asistente o en otro puesto dentro del organigrama federativo, yéndose con un saco roto que estaba lleno de ilusiones, tras una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

Javier Aguirre se convertirá, por tercera vez en su carrera profesional, en el entrenador de la selección mexicana de fútbol, y llegará convertido en un viejo lobo de mar que no le ha tenido miedo a retos mayúsculos en los que tuvo que saber convivir con la presión inigualable del descenso. 

Aguirre vuelve a casa; a un hogar que se incendia. Y lo hará con el bagaje cultural y futbolístico  ganado en los últimos años, con la intención de darle una identidad a una selección carente de ideas y de hambre. Y llegará también para carcajearse en medio de ruedas de prensa, mandar a la chingada a periodistas, regalar frases memorables y, cada vez que se pueda, servirse un whisky Lagavulin de ocho años antes de irse a dormir.