Sergi Roberto (31) portará el brazalete contra el Real Madrid si parte como titular y así será durante la competición siempre y cuando esté sobre el terreno de juego. Para él, este privilegio es "un sueño" que tenía desde que era pequeño y también supone "un honor y un orgullo". Su debut con el primer equipo tuvo lugar hace más de una década y esa continuidad ha tenido el mayor de los premios.
"Un Clásico siempre es distinto a cualquier partido. Es cierto que sólo hemos jugado uno y que tuvimos un problema estomacal, pero contra el Madrid siempre hay que salir a ganar y creo que va a ser muy disputado", explicó el polivalente jugador, consciente de que un mal resultado puede tener consecuencias a nivel anímico pese a no haber nada en juego.
Aunque todos quieren ganar al eterno rival, "el objetivo es tomar la mejor forma posible". Esa es la principal función de una pretemporada, "partidos de preparación física y táctica", es decir, antesala a lo verdaderamente trascendental, que vendrá a partir de entonces. Por otro lado, destacó que es un buen contexto para que "los jóvenes y los nuevos se adapten lo antes posible".
Ilusión por la Orejona
Conquistar la Champions League sería "muy especial" y es una imagen que Roberto tiene "en mente". Caer eliminado en la fase de grupos de las dos últimas ediciones no es un bagaje que invite al optimismo, pero toda la plantilla tiene el foco en dar la mejor versión en Europa para poder volver a tiempos pretéritos, cuando el Barça era uno de los grandes aspirantes.
Ousmane Dembélé es, al menos por el momento, pieza de una plantilla que es "la mejor del mundo" para el de Reus. Sin embargo, algunas informaciones lo sitúan en el París Saint-Germain y su salida supondría un duro varapalo para el cuerpo técnico, ya que está entre los fijos en el once. "Es un jugador clave para nosotros, seguramente el más determinante por su forma de jugar. También es muy querido y espero que se quede", concluyó su -todavía- compañero.