Si Gundogan se marcha cuando expire su contrato este mes, se iría no solo con 14 trofeos, sino también con incontables recuerdos, habiendo enseñado al equipo que todo lo conquistaba que rendirse nunca era una opción.
El internacional alemán se perdió la Eurocopa de 2016 por una luxación de rótula y sólo jugó 10 partidos de liga antes de romperse los ligamentos cruzados de la rodilla derecha y quedarse fuera el resto de su temporada de debut.
Pero incluso con la riqueza a disposición del City, se hizo evidente que Gundogan era insustituible en la alineación de Guardiola, ya que rápidamente se convirtió en el heredero de Yaya Touré, el héroe envejecido de la era pre-Guardiola.
El alemán, discreto y de voz suave, nunca mostró los mismos rasgos llamativos que sus compañeros superestrellas, sino que se dedicó discretamente a su trabajo, pasado por alto por muchos, pero siempre una pieza fundamental en la máquina ganadora del City.
Bajo la batuta de Guardiola, se convirtió en el centrocampista ideal y en un goleador fiable con sus llegadas tardías al área, un asesino silencioso al que sus rivales solían descubrir cuando ya era demasiado tarde.
El señor Garra
Tal fue la regularidad de Gundogan que antes de la llegada de Erling Haaland (22 años) fue el máximo goleador del City en la temporada 2020-21 con 17 goles, mientras que sus dos goles en cinco minutos en el último partido de la temporada 2021-22 ayudaron al City a superar al Liverpool en el título por un punto.
Puede que Haaland haya marcado 52 goles esta temporada, pero Gundogan siempre ha sido una amenaza constante. Ahora es el capitán del equipo, y ha liderado desde el frente sus contribuciones, convirtiéndose en el hombre de los momentos decisivos en el histórico triplete del City.
El mes pasado, en una tensa carrera por el título en la que el City se había puesto al día durante meses, Gundogan marcó dos goles contra el Leeds United para mantener su ventaja al frente de la Premier League en la recta final.
Luego repitió su hazaña con un doblete contra el Everton, que mantuvo a raya al Arsenal y conquistó su cuarto título de liga en cinco temporadas.
A continuación, Gundogan sorprendió a su eterno rival , el Manchester United, en la Copa de Inglaterra con otro doblete, el primero de ellos de volea a los 12 segundos de juego. La bandera del fuera de juego le negó el triplete.
A la tercera fue la vencida
Cuando los rumores sobre su salida al final de la temporada cobraron fuerza, con el Arsenal y el Barcelona vinculados a su nombre, Gundogan se mostró imperturbable: un hombre con la misión de ganar la esquiva corona de la Liga de Campeones, que se le había escapado de las manos en dos ocasiones anteriores.
Estuvo en el bando perdedor cuando el Borussia Dortmund fue derrotado en 2013 por el Bayern de Múnich y cuando el City perdió ante el Chelsea en 2021. Sin embargo, insistió en que no había planes especiales para asegurarse de que a la tercera fuera la vencida.
"No tenemos que hacer nada especial. Creo que la sencillez de hacer nuestras cosas nos hace especiales", había dicho antes del partido en Estambul.
"Se trata de esforzarnos en los entrenamientos, de prepararnos lo mejor posible".
La sencillez de Gundogan es lo que más echaría de menos Guardiola si pierde no sólo a uno de sus mejores jugadores, sino también a un vecino amigo.
"Vivimos en el mismo piso desde hace muchos años, así que es muy amigo mío", dijo Guardiola. "Sabe lo que pienso (sobre su posible permanencia en el City)".
En cuanto a lo que sigue para Gundogan, mantiene sus cartas cerca del pecho después de levantar finalmente el trofeo de la Liga de Campeones con el que el City ha soñado desde que ganar trofeos se convirtió en un hábito.
"Todavía no he decidido mi futuro".