Brahim, tras su exhibición ante el Nápoles, aparca temporalmente al Real Madrid
Lejos quedan ya las dudas sobre su rendimiento y su progresión. De niño prodigio por el que lucharon todos los grandes de Europa y que terminó llevándose el Manchester City, ha pasado a ser una de las estrellas más luminosas de un Milan en el que cumple su tercera temporada, todas como cedido por parte del Real Madrid.
El equipo blanco apostó fuerte por él pagando 18 millones de euros sólo seis meses antes de que su contrato con los citizens finalizara. Sin embargo, tuvo pocas oportunidades en esos primeros meses en la Casa Blanca y prefirió aceptar la propuesta de marcharse a Italia para seguir acumulando minutos y experiencia en la élite.
En el Milan encontró el hábitat perfecto. Un grande en reconstrucción donde poder moldearse sin prisa pero sin pausa. Y Brahim ha demostrado que esa elección fue la correcta. Tanto que el cuadro lombardo hará todo lo posible para quedarse con sus derechos en propiedad y mantendrá una reunión próximamente con el Madrid.
Él, mientras tanto, no se inmuta. Tiene contrato con el club merengue hasta junio de 2025, pero se muestra feliz y "muy contento en el Milan". Así que, hasta que no finalice la temporada, no se planteará con los suyos cuál es el paso adecuado para su carrera. Desde luego, no va a ser ahora.
"No es el momento de hablar del Real Madrid. Estoy contento y feliz en el Milan, pero más feliz por el equipo porque nos lo merecemos. Estoy contento con lo que estoy haciendo, pero aún queda mucho por hacer", dijo al finalizar el encuentro ante el Nápoles en Sky Sport Italia.
En el conjunto blanco, a la espera de lo que suceda con Asensio y Hazard, quieren hacerle hueco. Ancelotti cuenta con él, pero hay que ver en qué rol. Porque Rodrygo, Benzema y Vinicius, incluso Valverde, tienen ventaja. Y Brahim no quiere ser una mera comparsa, se ha ganado ser primera espada. Si en el Bernabéu no puede tener ciertas garantías de que así será, el Milan estaría más cerca de sellar su continuidad.