El amor de Pacheta hacia el Elche: "Allí se quedó un trozo de mi corazón y allí sigue"
No es un día cualquiera para José Rojo 'Pacheta' porque vuelve al Martínez Valero, donde vivió muy buenos momentos desde 2017 hasta 2020. Su equipo no estaba entre los principales candidatos para ascender a Primera porque llevaba una temporada en Segunda, pero tras terminar en la sexta posición la fase regular y dejar en el camino al Real Zaragoza en la primera eliminatoria, Pere Milla y compañía consiguieron la proeza de tumbar al Girona. El delantero catalán marcó en el último minuto para hacer feliz a toda una localidad.
El técnico logró el ascenso un lustro después de que la entidad sufriera un descenso administrativo. Pese a formar un gran bloque y romper todos los pronósticos, la dirección deportiva decidió prescindir de sus servicios y confiar en Jorge Almirón. El argentino arrancó muy bien y tuvo que dimitir meses más tarde al no sacar resultados positivos. Fran Escribá asumió las riendas y, aunque con muchísimo sufrimiento y suspense, salvó al equipo. El Huesca, bajo la batuta del propio Pacheta, se quedó a un gol de la permanencia.
En la previa del duelo de este sábado en territorio ilicitano (16h15 CET), el burgalés, que seguramente recibirá una gran ovación, volvió a demostrar que no guarda rencor y sí mucho cariño pese a lo que ocurrió: "Siempre me duele no haber entrenado al Elche en Primera. Eso sí, no me engañó nadie. Tengo sentimientos encontrados. Será la única vez que quiero que pierdan. Tengo un cariño tremendo a esa entidad y a esa afición. Allí se quedó un trozo de mi corazón y allí sigue".
El Real Valladolid está fuera de la zona roja, pero ni mucho menos puede confiarse porque el Almería, que es antepenúltimo, se ubica a solo dos puntos. Los rojiblancos jugarán frente al Sevilla, en la misma situación, por lo que al menos uno de ellos sumará. Una hipotética derrota de los locales serviría para, de forma definitiva, dejar en la lona al conjunto dirigido por Pablo Machín, que se agarra a la fe divina para repetir tardes como las del Visit Mallorca, con muchísima tensión acumulada en un final que resultó feliz.