Croacia repite podio y Marruecos finaliza su viaje hacia la historia (2-1)
La imagen de ver a un portero (Yassine Bono) marcarse un gol en propia puerta en el segundo minuto del partido hubiese sido un fantástico inicio, poesía pura en un partido por el tercer y cuarto puesto de un Mundial, pero el verdadero comienzo tampoco tuvo nada que envidiarle: Josko Gvardiol culminó de cabeza una formidable jugada de estrategia (7') y Achraf Dari, justo en la siguiente acción, aprovechó la debilidad de los balcánicos en defensa y las dudas de Dominik Livakovic para firmar el empate (8').
El frenético inicio, en parte por aquello de que ninguno de los dos tenía nada que perder, eclipsó cualquier introducción que pudiera hacerse de este encuentro. Tampoco había mucho que decir sobre un duelo que, en vísperas de la gran final, le importaba únicamente a croatas y a marroquíes, aunque ni siquiera a todos ellos. Era el partido que nadie quería jugar... o sí. En realidad, Francia y Argentina son las únicas selecciones que no cambiarían su privilegiada posición. El resto, lejos de Catar, pues sí.
De la pizarra al talento
Los norteafricanos, aquellos que nos privaron de seguir disfrutando de los directos de Luis Enrique y nos libraron de una cadena perpetua a modo de pases por parte de un equipo que se comió todo el pan antes de que llegaran los platos de comida, volvieron a ser mayoría en las gradas del estadio Al Jassim. El ritmo bajó después de esos minutos tan intensos, pero ninguna de las dos selecciones hizo dieta, ni mucho menos, más bien intentaron comerse al rival siempre que era posible.
Antes de que se alcanzara la media hora de juego, Luka Modric se echó unos bailes en el área rival después de un paupérrimo despeje de Attiat-Allah. Se fue para un lado y para el otro, como tanto le gusta, y obligó a Bono a que se lanzara al suelo e incluso interviniera en dos ocasiones consecutivas, pero tampoco iba a ser el único en pasárselo bien; Ziyech y Hakimi apuraron sus últimos minutos juntos antes de poner rumbo a Chelsea y PSG respectivamente e hicieron temblar los cimientos de la zaga balcánica.
Aunque Youssef En-Nesyri estuvo cerca de darle forma a la remontada con una buena peinada de cabeza, el marcador cambió por culpa de una pérdida de Marruecos en campo propio y una posterior obra de arte que llevaba la firma de Orsic, quien recibió el servicio de Livaja y puso el interior en una posición perfecta para mandar el balón hacia el palo largo (literalmente porque hubo contacto) y establecer el 2-1 al borde del descanso.
Problemas atrás hasta último día
Tal y como acabó el primer tiempo, arrancó el segundo: el talentoso jugador del Dinamo de Zagreb condujo hacia adentro y probó con un golpeo cuya trayectoria desvió El Yamiq. Los de Walid Regragui mostraron más dudas de lo normal en defensa, si bien es cierto que se toparon con un rival que actuó como un martillo pilón constante. Al menos durante un rato.
La entrada de Ounahi en el minuto 55 (Chair lo hizo al descanso), como si de cafeína se tratara, activó al equipo, un sentimiento opuesto al de Kramaric, que se retiró lesionado y con lágrimas en el rostro. Los defensores Dari y El Yamiq también se marcharon con problemas musculares, por lo que Sofyan Amrabat tuvo que colocarse como central debido a la ausencia de zagueros disponibles.
El VAR se reservó para la final
El árbitro catarí Abdulrahman Al Jassim estaba pasando desapercibido, igual que los encargados del VAR, pero la incompetencia de unos y otros salió a relucir en el último cuarto de hora, cuando hicieron ojos ciegos al no señalar un penalti clarísimo del mencionado Amrabat sobre el goleador Gvardiol, que ya se disponía a encarar al guardameta del Sevilla. Justo después, antes de que llegara la revisión, En-Nesyri desaprovechó una clara oportunidad y se vio sorprendido por la gran salida de Livakovic.
El exmadridista Mateo Kovacic (asistido por Orsic) pudo sentenciar en el minuto 86 para evitar, por ejemplo, que el propio atacante del conjunto hispalense tuviera la opción de empatar en la última acción del duelo (el remate del primero se fue desviado por el lateral y el del último, por arriba). En cualquier caso, Croacia se erigió como la tercera mejor selección del mundo. No tuvieron premio los marroquíes tras un campeonato sobresaliente, pero sus aficionados estarán igualmente orgullosos porque han sido, sin debate posible, la principal revelación del campeonato.
Jugador Flashscore del partido: Orsic.
Puedes consultar todas las estadísticas (individuales y colectivas) del encuentro, así como las mejores jugadas en formato vídeo, en Flashscore: Croacia - Marruecos.