Casemiro rompe el reloj de Suiza y pone a Brasil en octavos de final (1-0)
Como en una partida de ajedrez, la paciencia era una virtud de la que Brasil debía hacer gala ante la férrea defensa de Suiza. Lo sabían desde antes de iniciar el encuentro. La solución, innnegociable para Tite, era el toque corto, la asociación de los jugones a la espera de algún error en el engranaje rival.
Pero conforme pasaban los minutos, faltaba fantasía, creatividad y velocidad para desmontarlo. No sólo era la ausencia de Neymar entre líneas, mal resuelta con un Paquetá indetectable… para sus propios compañeros. Perdido el mediapunta en el centro del tablero, Vinicius y Raphinha no entraban en juego, aislados en sus bandas. Y Richarlison no podía utilizar su velocidad, bien vigilado por las contundentes torres Elvedi y Akanji. La canarinha se ahogaba ante la consistencia de la Nati.
Hubo que esperar casi media hora para que los brasileños sacaran a pasear sus alfiles. Fue Raphinha quien inició el movimiento y esperó el instante oportuno para colocar el balón en la casilla de Vinicius tras un excelente desmarque en diagonal. El madridista, en la primera oportunidad en la que pudo superar al peón Widmer, remató mordido sin dejarla caer, mas Sommer, siempre bien colocado, tiró de reflejos para negarle el gol.
Los de Murat Yakin ni se inmutaron con esa clara ocasión ni tampoco lo hicieron cuando Raphinha, con la verde-amarelha embotellándoles, remató fuerte pero demasiado centrado a 35 metros de la meta. Desde tan lejos, una utopía, tuvo que buscar el gol el barcelonista, ejemplo de lo consolidada que estaba la estrategia enemiga.
Suiza ofrecía bien poco en ataque, tampoco es que tenga para demasiado más. De hecho, se fue del encuentro sin tirar a la meta contraria. A Vargas lo buscaban al espacio, a Embolo a pelear con Thiago Silva de espaldas a portería. Alisson lo veía todo sin inquietarse. Ni tan solo cuando, en la única incorporación de Ricardo Rodríguez por la izquierda, Vargas controló cerca del área pequeña. Él solito se hizo un lío con el balón y ni llegó a rematar.
Rodrygo por el decepcionante Paquetá
Los brasileiros necesitaban algo más de mordiente ofensiva y por eso, tras el obligado reposo, cambió piezas Tite. Entró Rodrygo en acción para ejercer de caballo desbocado por el desafortunado Paquetá. Más uno contra uno, más verticalidad, más ataque. Eso decía el papel. Pero el que interpretó mejor la idea fue Widmer cuando se animó a soltar la marca de Vini y lanzarse al ataque por su banda derecha. Por ahí sorprendió ganando la línea de fondo y dando el pase atrás para que Vargas ejecutara el jaque. Una rápida intervención de los zagueros evitó la caída del rey. Fueron apenas unos minutos los que los helvéticos rondaron el entorno de Alisson, que debía aburrirse mucho y decidió enrocarse cuando no tocaba, dándole un poco de emoción al asunto. Con el corazón de sus compatriotas en un puño, se la jugó, sin red, ante Embolo. Le salió bien, pero ese no era el plan.
Del sufrimiento al gol… anulado
Tras la acción de su portero había que poner orden, volver a estudiar la posición de las piezas en el tablero, y retomar una jerarquía que asumió Vinicius. Recibiendo de Casemiro, le ganó la espalda a su par, se plantó ante Sommer y con una tranquilidad a prueba de bombas, se acercó lo suficiente para mirarle a los ojos y colocarle de rosca el balón lejos de su alcance. Una alegría desatada en su primer gol mundialista que duró dos minutos, los que tardó el VAR en confirmarle al colegiado Ivan Barton que, en el inicio de la jugada, Richarlison venía de posición incorrecta. El gozo en un pozo.
Respiraron los suizos, quienes se veían incluso ganadores morales, sintiéndose impenetrables cuando el rival se estrellaba una y otra vez ante su muro. Ni con las entradas de Antony y Gabriel Jesús sufrían. Pero con lo que no contaban era con que, en Brasil, hasta el centrocampista más defensivo, puede ser un goleador letal. Y apareció Casemiro en el 82. Recordando una anterior vida madridista, inició la acción Vinicius, apareció Rodrygo para dar un toque sutil y habilitar a Case. No se lo pensó dos veces. Disparo con el empeine y balón a la red. La torcida brasileña se desató en la celebración. No era para menos después de romper, por fin, el reloj suizo, derribar al rey Sommer y ganar una partida complicada que le da el pase a los octavos de final del Mundial.
Jugador Flashscore del partido: Casemiro.
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