Eliminado, pero orgulloso: Sudán del Sur se gana los corazones en el Mundial
Como este aficionado, son muchos centenares de habitantes de la capital Juba los que se reúnen en la cancha de básquet de Nimra Talata para seguir los partidos de su selección nacional, que logró una histórica primera victoria en Copa del Mundo ante China (89-69) en su segundo partido.
El Mundial ofrece un paréntesis de orgullo y alegría para los habitantes de Sudán del Sur, el país más joven del mundo -independiente desde 2011- que aún sufre para recuperarse de una sangrienta guerra civil que lo devastó entre 2013 y 2018, causando al menos 380.000 muertos y millones de desplazados.
Entre los países más pobres del mundo, Sudán del Sur se ve minado por las rivalidades por el poder, las violencias de carácter político y étnico en diversos puntos del país, y las catástrofes climáticas (sequía, inundaciones...).
Delante de la pantalla gigante instalada en Nimra Talata, a 10.000 kilómetros de Filipinas, donde ha disputado sus partidos hasta ahora la selección, los aficionados alientan al equipo con sus gritos y el ruido de las vuvuzelas, vestidos con los colores negro, rojo y verde de la bandera nacional.
La necesaria victoria para clasificarse a segunda ronda no llegó. Los sursudaneses, 62ª en la clasificación mundial de la FIBA, perdieron el miércoles ante Serbia, sexta en ese ranking de selecciones.
Pero Sudán del Sur aún puede lograr un boleto para los Juegos Olímpicos de París, que irá a parar a la mejor de las cinco naciones africanas (con Cabo Verde, Egipto, Costa de Marfil y Angola).
'Contra los gigantes'
"Hemos podido jugar contra los gigantes de este mundo y vencer a uno de ellos. China es uno de las países más grandes del mundo en términos económicos y políticos, y que un pequeño país como Sudán del Sur gane contra China es enorme", celebra otro aficionado, Paul Isaac.
"Nuestros chicos han cambiado la imagen de Sudán del Sur. A partir de ahora el mundo nos conocerá como jugadores de básquet", proclama por su parte el también seguidor Hillary Gaga Michael.
"Esto une a la gente aquí en el país. Como pueden ver, no hay tribus (...) la gente se reúne para apoyar a su equipo", añade.
El capitán del equipo Kuany Ngor Kuany, nacido en Sudán del Sur pero que emigró a Australia con nueve años de edad, afirmó que el torneo es "una herramienta para promocionar la imagen de nuestro país".
"Literalmente somos uno, eso es lo que representa este equipo de básquet, unidad, un sendero para la paz y el desarrollo en el país".
Todos sueñan ahora con volver a disfrutar de la sensación de las grandes citas internacionales. Angola, Filipinas y China serán sus rivales por los puestos entre 17 y 32 del Mundial.