Darío Brizuela (28) es del Barcelona desde hace unos días tras depositar su cláusula de rescisión en las arcas del Unicaja -ni más ni menos que 1,2 millones de euros-. Su ilusión no es otra que ganar títulos, algo que ha conseguido, en singular, durante su etapa en la Costa del Sol (la Copa del Rey después de dejar atrás en los cuartos de final al propio equipo catalán).

El donostiarra destacó que el Barça es el club de su padre y de su familia desde "toda la vida". Y llega justo cuando hay un cambio de ciclo por la llegada de Roger Grimau, con quien ya habló por teléfono este lunes. El nuevo entrenador le dio la bienvenida y le comentó que disfrutarán "mucho en el Palau", que es precisamente lo que quiere el propio Brizuela.

"Intentaré ayudar y sumar porque esto es un deporte de equipo. Quiero aportar frescura", apuntó el refuerzo culé, que va a coincidir con un tal Willy Hernangómez, al que conoce "desde hace 13 años". Habló también de la buena relación que tienen y de cómo pueden relacionarse el nuevo bloque de españoles y aquellos que ya estaban. "Todo consiste en juntarnos, hacer piña y competir", subrayó.

Por último, más allá de saludar a los aficionados del vigente campeón de la Liga Endesa, se refirió a su faceta como jugador y, por contra, cuando no va vestido de corto. "Soy muy de estar en casa, muy tranquilo y muy reservado, pero en la pista cambio por la competición", concluyó el ex de Movistar Estudiantes, ahora navegando por LEB Oro con el objetivo de volver pronto a la élite.