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Sainz lidera e ilusiona tras los Libres de Singapur. Verstappen, con problemas. Alonso, mal

David Alonso
Sainz, con su Ferrari, entre los rascacielos de Singapur.
Sainz, con su Ferrari, entre los rascacielos de Singapur.AFP
Las tres sesiones de entrenamientos libres de un Gran Premio de F1 no dan puntos ni posiciones de salida pero son un indicio bastante fiable de lo que puede pasar en la clasificación y en la carrera.  Siguiendo esa pauta, la conclusión, tras lo visto en el circuito de Marina Bay, es que Carlos Sainz y su Ferrari están realmente fuertes y en una posición inmejorable para dar un gran susto y tal vez un disgusto al arrollador Verstappen. 

No parece que estén jugando al despiste (sería el colmo del abuso y una falta de respeto) pero Verstappen se quejó a sus ingenieros de Red Bull de problemas con el cambio y con la inestabilidad de la parte trasera del coche. Su cuarta posición en la última sesión de entrenamientos libres, a tres décimas de Sainz, no es muy alentadora para ellos.

En el equipo austriaco deberán resolver los problemas con urgencia para que el gran dominador del campeonato pueda optar a seguir su impresionante racha de victorias consecutivas. 

La ilusión en Ferrari es máxima. El coche va muy bien en un circuito renovado, con menos curvas y más rápido que en anteriores ediciones, y las expectativas son altas de cara a los momentos importantes del fin de semana. Sainz tiene confianza y se siente muy a gusto con el coche. Su "feeling" es tan bueno que ha aventajado en tres décimas a su compañero de equipo, Charles Leclerc.

El que más cerca ha estado del piloto madrileño ha sido George Russell, con Mercedes, que se ha quedado a 69 milésimas del español. Lando Norris, con McLaren, ha ocupado la tercera posición. 

Clasificación de los Libres 3 del GP de Singapur.
Clasificación de los Libres 3 del GP de Singapur.@F1

Para Fernando Alonso, en cambio, las sensaciones no son buenas. Parecía que Aston Martin había dado un paso adelante el viernes por la tarde pero su 13ª posición, a casi un segundo de su amigo Carlos, no invita al optimismo.