Carlos Sainz, imperial, logra la pole en Singapur. Alonso, 7º. Desastre de Red Bull
La Q1 estuvo marcada por el tremendo accidente de Lance Stroll, el canadiense de Aston Martin. El compañero de Fernando Alonso iba con el pie a fondo para poder acceder a la siguiente fase clasificatoria y en la curva más rápida del circuito perdió el control del monoplaza. El impacto fue brutal y el coche quedó completamente destrozado. La bandera roja fue inmediata. La pista quedó invadida por trozos del chasis del Aston Martin. Por suerte, Stroll no sufrió ningún percance físico. “Chicos, estoy bien”, dijo por radio. Fue un alivio.
En la Q2 llegó el gran shock del Mundial hasta el momento. Una sorpresa gigantesca. Verstappen y Pérez, quedaron fuera de la lucha por la pole. Se había visto que los grandes tiranos deportivos del campeonato no iban como otras veces pero nadie imaginaba algo así. Undécimo el neerlandés y decimotercero el mexicano.
Había que frotarse los ojos para darse cuenta de que no era un espejismo. El equipo demoledor y el piloto imbatible recibían un zarpazo tan doloroso como inesperado. Las caras en el box de Red Bull eran de asombro absoluto. Entretanto, Sainz seguía liderando la tabla de tiempos y Alonso recuperaba confianza con una vuelta espectacular para entrar en la Q3.
Carlos sabía que si no fallaba y mantenía el ritmo y la concentración de todo el fin de semana podía llevarse la pole. Y lo hizo. En un final igualadísimo, con 8 pilotos en un margen de 7 centésimas, el madrileño logró la primera plaza por delante de Russell y Leclerc y será primero en la salida del Gran Premio.
Es la quinta pole de Carlos en su carrera. Saldrá delante del resto y parece que los Red Bull esta vez no serán una amenaza. Con mucho calor y humedad, el desgaste físico en todos los pilotos fue enorme. En la carrera del domingo, más larga, será aún peor. Sainz buscará rematar la faena en un fin de semana que hasta el momento ha sido impecable para él.