El británico Kerr da la gran sorpresa ante Ingebrigtsen en 1.500 y Romo finaliza sexto
Nadie imaginaba una sorpresa así. El noruego parecía imbatible y las quinielas se ceñían a adivinar quien sería segundo y quién tercero. Sin embargo, Josh Kerr no era de los que pensaba así. Salió con la intención de dar un zarpazo al tigre nórdico y lo consiguió.
Ingebrigtsen no se despistó. Pretendía dominar la carrera desde el principio y así lo hizo. No quería dar opción a los rivales. Impuso un fuerte ritmo de carrera desde la salida y los rivales sufrían para seguirle. Así se llegó a los últimos 200 metros.
Al no haber cogido ventaja, a pesar de su trepidante ritmo, Kerr se animó y apretó los dientes para desafiar al gran Jakob. García Romo empezó a remontar desde el fondo del grupo pero ya sin opciones de conquistar medalla.
La recta final fue un codo a codo entre Kerr e Ingebrigtsen. Parecía que el noruego haría un último cambio pero la carrera iba por debajo de 3:30 y ya no le quedaba gasolina. Se defendió como pudo pero, una vez más, igual que le ocurrió en el Mundial de Eugene (Oregón) el pasado año, se le escapó el oro. Ganó el escocés con un gran tiempo de 3:29:38. La decepción para Ingebrigtsen fue absoluta. El atleta español de Villar de Gallimazo, aldea salmantina de 200 habitantes, firmó un buen final con un tiempo en meta de 3:30:26.
La prueba volvió a demostrar que jamás se puede dar nada por hecho antes de salida por muy claro que parezca el pronóstico. Ingebrigtsen se marchó, cabizbajo, con una medalla de plata que le sabe muy amarga, justo todo lo contrario que el bronce a su compatriota Nordas, que también logró un inesperado metal.